Para este sábado se prevé una concentración, desde las 10.30, de parte de organizaciones de familiares. Piden que se reglamente en su totalidad la ley que instruye al sistema educativo y al de salud.
Para este sábado, a las 10.30, en Juan de Garay y la peatonal San Martín, se prevé una actividad de parte de familiares de personas con discapacidad. En la ocasión, se dará a conocer el reclamo por diagnósticos precoces, inclusión real en las escuelas y terapias en tiempo y forma (con obra social o sin ellas). Así lo comentaron Vanina Maldonado, de la Asociación Civil Econexo, y María José Robles, de Familias TEA (Trastorno del Espectro Autista) Azul. La principal exigencia es “la reglamentación total de la Ley 27.043”.
Entra otras cuestiones, la norma prevé que “los chicos que tiene autismo severo puedan estar en su casa y no institucionalizados”. “Hay muchas cosas que aún no están reglamentadas. Lo que se está pidiendo es que se reglamente totalmente para que las obras sociales, el sistema educativo y las familias puedan valerse de esa ley y que los niños tengan sus derechos”, planteó Maldonado en diálogo con ATP.
Por su parte, Robles acotó que “el diagnóstico precoz se tiene que dar en los primeros años de vida, desde los seis meses hasta los seis años”. “Pero, realmente, debería ser a los seis meses y se está dando a los cuatro, cinco, seis años, cuando el desarrollo del niño necesita estimulación. El cerebro de un niño es una esponja, si lo llenamos de información, ese niño va a estar bien estimulado. Pero si lo dejamos pasar, ese niño va a perder mucho. Y eso es lo que está pasando, están perdiendo mucha estimulación”, recalcó Robles. Y más aún: “El que no tiene obra social no está teniendo terapia. Entonces, ese niño no mejora su calidad de vida”.
En ese mismo orden, Maldonado planteó que “los chicos sin obra social corren con menos beneficios porque cuando llegan a un diagnóstico ya son muy grandes. Los primeros signos de autismo están a los seis meses. Si se capacitara a los pediatras en un diagnóstico precoz, los nenes podrían ser estimulados bien tempranamente para llegar a una mejor calidad de vida”, insistió.
Acerca de la situación en la salud pública, “lo más triste de todo –continuó Maldonado– es que cuando llegan a lograr un turno, el hospital está de paro o los turnos que tienen son cada tres o cuatro meses. Y en vez de llegar a un diagnóstico a los tres años, lo hacen a los cuatro o cinco años”, resaltó.