Durante su exposición en la cumbre, el presidente insistió en destacar la prioridad en «avanzar en acuerdos sostenibles en materia de deuda externa» e «identificar los avances en tecnologías limpias como bienes públicos globales».
El presidente Alberto Fernández hizo un llamado para hacer una reforma global que asegure «financiamiento genuino para el desarrollo» y reiteró la posición argentina a favor de un canje de deuda externa por acción climática, al exponer en la Cumbre de líderes políticos del G-20 que se desarrolló en Roma.
Durante la jornada del domingo, la segunda del encuentro, el presidente combinó una agenda de reuniones bilaterales y dos participaciones ante el plenario que se congregó en la capital italiana.
La cuestión del orden financiero internacional, el peso y el direccionamiento de los préstamos sobre las economías en desarrollo, la necesidad de reformas a escala global y el canje de deuda por acción climática fueron algunos de los tópicos que Fernández reiteró en línea con sus anteriores intervenciones ante foros internacionales.
Respecto de la relación entre economía, producción y ecología, el jefe de Estado consideró claves «las menores tasas y plazos de pago más extensos».
Las palabras de Fernández tienen como trasfondo las negociaciones de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI), un acuerdo en el que se sigue trabajando y que incluyó el sábado una reunión con la titular de ese organismo, Kristalina Giorgieva.
Durante la segunda de sus tres intervenciones, el mandatario insistió en destacar la prioridad en «avanzar en acuerdos sostenibles en materia de deuda externa» e «identificar los avances en tecnologías limpias como bienes públicos globales».
En esa línea apuntó que «sin financiamiento sostenible no habrá desarrollo sostenible», a la vez que señaló que «los recursos para la implementación del Acuerdo de París siguen siendo insuficientes, especialmente para los países más desfavorecidos».
«Los países que produjeron la mayor huella ambiental son los mismos que dominan las tecnologías que pueden reducir el impacto de la producción sobre el medio ambiente y esa transición tendrá sobre ellos un efecto positivo, no solo en materia ambiental, sino sobre la producción y el empleo», dijo y aclaró que, en cambio, el desafío «es enorme para los países en desarrollo y de renta media».
«Para nosotros el impacto de esta transición puede ser negativo en términos de cohesión social», completó Fernández.
Al hacer referencia a la acción climática y ambiental llevada adelante en la Argentina, el mandatario aseguró que «ocupa un lugar central en las políticas públicas» y en ese sentido puntualizó que se elevó la Contribución Determinada Nacional un 27,7% respecto a la de 2016, dos puntos adicionales a la ya presentada en 2020.
Respecto del desarrollo, ya durante su intervención final, sostuvo que «la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible está en terapia intensiva”, dijo que se necesita un «nuevo paradigma financiero internacional» para superar las «brechas de bienestar» que amenazan con convertirse en «fracturas» y criticó la fuga de capitales.
Afirmó además que la pandemia de coronavirus «ha incrementado” las desigualdades con “especial dureza en América Latina y el Caribe”, al tiempo que señaló a reformas financieras globales como la herramienta para superar esos desafíos.
Fernández pidió “poner al ser humano en el centro de las decisiones” y aseguró que “desde las periferias del mundo” se necesita “financiamiento genuino para el desarrollo, sin la complicidad local de quienes lo fugan a paraísos fiscales”.
«En el caso de América y el Caribe, la canalización de los Derechos Especiales de Giro (DEG) hacia la banca regional de desarrollo es clave, pues pueden capitalizarla y apalancarla, otorgar garantías anti-cíclicas y promover inversiones privadas”.
«Hago un llamamiento a todos los países para que esta oportunidad de canalización de los DEGs para el desarrollo sostenible no resulte desperdiciada por trabas burocráticas o confort hacia el statu quo. Sería trágico engrosaran reservas de países que no lo necesitan, mientras aumenta el atraso de países que necesitan financiamiento como el agua”, apuntó.
Acompañado en el plenario por el canciller, Santiago Cafiero, por el ministro de Economía, Martín Guzmán, y por el sherpa en el G20, Jorge Argüello, Fernández volvió a formular el reclamo central de Argentina en la escena internacional cuando llamó a “reformular el sistema de calificación crediticia, para que la dimensión ambiental no castigue a los países en desarrollo, aumentando el costo de la deuda soberana y el pago de intereses”.
“Desde el G20 debemos enviar un mensaje político sobre la importancia de avanzar en estas negociaciones de larga data en la Organización Mundial del Comercio (OMC), y concluir sin dilaciones este acuerdo, antes de su próxima Conferencia Ministerial”, sostuvo el jefe de Estado.
Fernández terminó así su participación en la Cumbre del G20, la primera etapa de la gira europea, dónde concretó además una serie de reuniones bilaterales con otros jefes de Estados y encuentros con funcionarios de alto nivel de organismos internacionales.
En esa lista se incluyen diálogos formales realizados ayer con la canciller alemana Angela Merkel, con su par francés, Emmanuel Macron, con el presidente del Gobierno Español, Pedro Sánchez y con la titular del FMI.
Además, Fernández mantuvo un breve diálogo con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden.
Este domingo, además de participar de las reuniones plenarias, dialogó con la reina Máxima de los países Bajos, con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y con el director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El presidente, junto a su comitiva, viajará con destino a Glasgow, Escocia, donde se desarrollará la cumbre COP26 dedicada especialmente a la acción climática.