Son integrantes de los talleres textiles Las Arcas y La Sublimada que coordinan tareas con la Municipalidad.
Sumar voluntades para ayudarse entre todos. Así podría resumirse cómo se originó la iniciativa para que trabajadoras de la economía social produzcan más de 3.800 barbijos. Se trata de mujeres y hombres que colaboran para proteger a otros, en este caso, trabajadores municipales que deben cumplir tareas esenciales durante la pandemia.
La iniciativa surgió de la Municipalidad, que gestionó la compra de la tela necesaria para poder fabricar los barbijos. Posteriormente, contactó a integrantes de talleres textiles de la economía social. Las trabajadoras que fabrican los barbijos pertenecen a: Las Arcas, emprendimiento que nace de la Asociación Civil El Arca del Alba; y La Sublimada, que surge a través de la asamblea La Poderosa, de barrio Chalet.
Mariano Granato, secretario de Integración y Economía Social, dijo que una de las líneas de acción para las trabajadoras y los trabajadores de la economía social y popular en el marco de esta pandemia, fue fomentar desde el municipio a estas unidades productivas. “Comenzamos con estas dos asociaciones que están haciendo barbijos pero vamos a ampliar esa posibilidad para aquellos emprendimientos que puedan reconvertirse para generar aquellos bienes y servicios que tengan que ver con atravesar esta crisis”, indicó.
“Esta primera experiencia es positiva porque hay dos asociaciones que están produciendo estos insumos y no tenemos que salir a comprarlos a las grandes cadenas sino que lo hacemos a estas unidades más pequeñas. Además, se generan círculos virtuosos en esos territorios porque son ingresos genuinos que tienen que ver con el trabajo de la economía popular”, destacó el funcionario.
“Cada granito de arena suma”
“Estamos trabajando a destajo, para poder finalizar cuanto antes cerca de tres mil barbijos”, indicó Gustavo Paoletti, coordinador de Las Arcas, un taller textil donde cinco mujeres de diferentes barrios de la ciudad intentan salir adelante confeccionando diferentes artículos textiles. Sin embargo, en tiempos de pandemia el objetivo es otro. “Comenzaron la producción de barbijos, tomando todos los recaudos necesarios de distanciamiento entre cada una de las trabajadoras y cumpliendo las medidas de higiene necesarias”, indicó.
Luciana Altamirano es la encargada de producción y quien enseñó a coser a las integrantes más jóvenes de Las Arcas. “Nos sentimos complacidas de prestar un servicio a la comunidad ayudando desde nuestro lugar como mujeres emprendedoras”, dijo.
En ese sentido, expresó: “en este tiempo de crisis, donde cada granito de arena suma, lo social, lo colectivo, nos va a ayudar a salir adelante. Estamos muy felices de que la Municipalidad nos haya elegido como parte de sus colaboradores ante esta pandemia”.
Poderosa solidaridad
Por su parte, la asamblea La Poderosa, de barrio Chalet, confecciona 800 barbijos para trabajadores municipales. En este caso, la tela para realizar la protección fue gestionada por la organización. La Sublimada se llama la cooperativa que surge de La Poderosa y ponen manos a la obra para confeccionar 800 barbijos semanales.
En total son 15 mujeres, que se turnan en grupos de cinco. Para cada una de ellas, y sus familias, esta posibilidad de producción a gran escala en tiempos de cuarentena se torna indispensable. “Es tan importante que pueda continuar esta producción, ya que en estos tiempos de aislamiento es muy difícil changuear”, indicó María Claudia Albornoz, referente de La Poderosa.
En consonancia, añadió: “Es fundamental que esta cooperativa pueda seguir trabajando, porque es la forma de asegurar un plato de comida y, de esa manera, garantizar que nos quedemos en casa”.