Un sistema basado en botellas de plástico recicladas y nanopartículas de plata, permitirá disminuir la carga microbiana de efluentes cloacales en el centro-norte de la provincia de Santa Fe. Es un proyecto interdisciplinario entre la FHUC-UNL y la UNLP.
Un grupo de investigadores del Laboratorio Ecotoxicología de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), bajo la dirección de la Dra. Ana María Gagneten, en colaboración con investigadores del Laboratorio de Nanobiomateriales, perteneciente al Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de la Plata (UNLP) y bajo la dirección del Dr. Guillermo R. Castro, desarrollan un sistema de filtros que servirá para purificar el agua residual urbana. De este modo, el efluente podrá ser reutilizado para el riego en zonas agrícola-ganaderas, disminuyendo la huella hídrica y aumentando la eficiencia de la planta de tratamiento de líquidos cloacales.
El trabajo es orientado por la Dra. Gagneten, quien explicó que este proyecto se inició “ante una convocatoria de la Secretaría de Políticas Universitarias a la que nos presentamos en conjunto con la UNLP. Tiene por objetivo dar una solución tecnológica como respuesta a una demanda concreta de la Municipalidad de San Justo y la Cooperativa de Servicios Públicos, Sociales, de Asistencia Social y Vivienda de esa localidad”.
Valor agregado
“Es un método muy fácil y viable para localidades como San Justo, capital del departamento homónimo, situada a 102 km de la capital santafesina”, argumenta el Dr. en Cs. Biológicas. Ulises Reno, becario posdoctoral Conicet, quien también trabaja en el Laboratorio de Ecotoxicología de la FHUC-UNL bajo la dirección de la Dra. Gagneten. “En este proyecto hay una importante sinergia de recursos humanos de diferentes entidades: la cooperativa busca aumentar la eficiencia del tratamiento y darle un destino diferente al efluente, como potencial fertilizante líquido; y la UNL, a partir de la vinculación tecnológica, busca volcar en el territorio el conocimiento generado es esta casa de altos estudios, con al objetivo de alcanzar un desarrollo sostenible en la región. Otro aspecto positivo del proyecto es que se utiliza tecnología desarrollada localmente, con inversión y diseño, dando respuestas a cuestiones socioambientales y vinculadas tanto con entes gubernamentales –Municipalidad de San Justo- como con asociaciones privadas, como la Cooperativa mencionada”.
A raíz de esta problemática, ambas entidades plantearon la necesidad de aumentar la eficiencia del tratamiento de efluentes urbanos y examinar la posibilidad de reutilizarlos en riego y como fertilizantes líquidos. En este sentido, Gagneten cuenta que la nanotecnología está avanzando rápidamente, conformando una disciplina revolucionaria, que provee importantes soluciones y contribuciones como es en este caso, al cuidado del ambiente. “En consecuencia, es necesario generar espacios para contribuir a la formación o capacitación de las nuevas generaciones de científicos y tecnólogos en estos temas. Este proyecto cuenta con una financiación de 150 mil pesos”, especificó.
Disminuir la huella ambiental
Los objetivos del proyecto son medir y reducir al máximo posible la huella ambiental. “Si bien el efluente generado en la ciudad cumple con la normativa vigente señalada por el Ente Regulador de Servicios Sanitarios (ENRESS) para su vuelco en el río Salado, es de interés de la cooperativa, la municipalidad y también nuestro, mejorar las condiciones de vuelco”, detalló Gagneten y continuó: “El trabajo consiste en varias etapas: en primer lugar se caracterizó fisicoquímicamente al efluente, se identificaron los microorganismos presentes en el mismo y se evaluó su ecotoxicidad. Una vez que concluimos esas tres etapas, el paso siguiente fue diseñar un filtro que funcionará como sistema de purificación. El filtro estará construido con materiales de bajo costo, como la celulosa o el poli etileno tereftalato (PET) que es el plástico de botellas de agua mineral o gaseosas recicladas, y dopadas con nanopartículas de plata.”
La Lic. Natalí Romero, becaria doctoral Conicet, quien también se desempeña en el Laboratorio de Ecotoxicología de la FHUC-UNL, relata que hay distintas maneras de generar nanopartículas. “En este caso, se realizó una síntesis química utilizando nitrato de plata, un reductor: borohidruro de sodio y polivinilpirrolidona que funciona como recubrimiento y estabilizador. Al realizar esta reacción química, los iones de plata se agrupan y se forman nanopartículas, que poseen propiedades biocidas contra bacterias, hongos y virus. Lo que se pretende es emplear estas nanopartículas para reducir la carga bacteriana del efluente al pasar por los filtros diseñados, y poder emplearlo en otras aplicaciones como, por ejemplo, fertilizantes líquidos”.
Según la responsable del Laboratorio Ecotoxicología, la intención es brindar una solución biotecnológica y expandirla. “Si logramos reducir la carga bacteriana, puede existir la posibilidad de escalar el proyecto a una dimensión muy interesante, que no va a concluir en esa localidad, sino que se podrá replicar esta experiencia en otros municipios y comunas que presenten similares características”.
Si se considera la sinergia ejercida entre las dos instituciones, el proyecto se encuentra en un 70% de avance. “Hasta este momento hemos realizado la caracterización fisicoquímica, y microbiológica, la evaluación ecotoxicológica con especies planctónicas, y el diseño de dos tipos de filtros distintos (uno diseñado en la UNLP y otro en la UNL) y queda pendiente evaluar las propiedades bactericidas de ambos. Más adelante, debemos realizar un ensayo muy simple para evaluar el poder germinativo en semillas para corroborar si efectivamente el efluente previamente tratado, actúa como fertilizante. Esperamos comunicar los resultados durante el año 2020”, concluyó Gagneten.