Sandra Bembo, directora de la escuela “Bernardino Rivadavia” de Rosario, recibió el reconocimiento del gobierno nacional.
La docente Sandra Bembo, directora de la escuela de Educación Secundaria Orientada Nº 432 “Bernardino Rivadavia” de Rosario, recibió la distinción Maestro Ilustre que otorga el Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación a docentes de las distintas provincias.
La educadora asistió al acto que se llevó a cabo este miércoles en el Palacio Sarmiento, sede de la cartera nacional en Buenos Aires, acompañada por la ministra de Educación de la provincia, Claudia Balagué.
Luego de recibir la distinción Bembo expresó que “significó muchísimo para mí porque visibiliza la escuela pública y el trabajo que se hace a diario por la inclusión, la diversidad y todas las temáticas que hoy se presentan en las aulas. Este reconocimiento es al trabajo en equipo de la gestión escolar que integro, que siempre está alerta a lo que sucede y transforma eso en un aprendizaje”.
En lo personal, la directora agregó que “hace días me llegan mensajes de tres generaciones de alumnos y colegas que me llenan de cariño y afecto. Es un premio muy significativo cuando se está llegando al final de la carrera. Siempre interpreté que lo mejor que nos puede pasar es dejar una huella en nuestros alumnos. Estoy muy feliz”, concluyó.
Por su parte, Balagué destacó que “este premio, así como el reconocimiento que otorgamos en Santa Fe a 200 maestros postulados por sus comunidades educativas, significa un incentivo a seguir firmes en la tarea que vienen desarrollando nuestros educadores cada día en las aulas”.
“Nuestros docentes, en este caso en la figura de Sandra, son los que llevan adelante las políticas educativas para lograr una escuela inclusiva, de calidad y con anclaje en lo social. Lo hacen de forma colaborativa, con otros, con propuestas innovadoras, de gran sensibilidad y compromiso social, lo cual es clave precisamente en momentos de grandes crisis”.
El acto estuvo encabezado por el ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro; junto a Orlando Macció, secretario general del Consejo Federal de Educación; ministros y funcionarios de las jurisdicciones.
Sandra Bembo
A los 10 años descubrió sus atributos como maestra enseñando a leer y escribir a los niños del edificio donde vivía, en Rosario. La pasión por la historia llegó unos años más tarde y la llevó al entonces Instituto Nacional del Profesorado de Rosario (hoy Instituto de Educación Superior N° 28 “Olga Cossettini”) a estudiar Profesorado de Historia, donde se recibió 1987. En 2009 finalizó sus estudios de Maestría en Ciencias Sociales en FLACSO. Durante su carrera tomó y dio numerosos cursos de posgrado.
Su carrera docente inició en el instituto Superior donde se formó, hace 30 años, y en la escuela Secundaria 240 “Lola Mora”, el mismo año en que se recibió de profesora. De aquellos días recuerda que a falta de equipamiento, llevaba su grabador a la escuela para trabajar la conquista de América a través de canciones de Víctor Heredia o invitaba a los estudiantes a su casa para ver películas sobre los temas que trabajaban en las aulas.
La titularización en el cargo llegó en 1999, en la secundaria de la Villada, a 100 kilómetros de Rosario, y en una secundaria de Funes. Para esos años, ya había constituido su familia y tenía dos hijos.
Mientras daba clases, se presentó a rendir un concurso de ascenso para cargos directivos y como resultado, asumió la vicedirección de la Escuela Secundaria 258 de Rosario. En 2006 tomó la vicedirección de la escuela “Bernardino Rivadavia”, donde trabaja actualmente como directora.
“Es una escuela muy particular, abierta, transversal, inclusiva, que tiene la impronta de las cuatro mujeres que llevan adelante los cargos directivos, define Sandra.
“De los chicos aprendo mucho; el contacto con ellos me hace repensarme a mí misma. Ellos son mucho más plurales que la generación nuestra. De mis compañeras, la maestría y por supuesto, mi familia, aprendo todo lo que puedo dar en la escuela”.
Entre los proyectos más importantes que llevó adelante, destaca los primeros baños mixtos en una escuela del país, que empezaron a funcionar 2017 y fueron el final del proceso de abordaje de los lineamientos de la ESI. Fue un hecho que convocó la atención de todo el país e hizo visible a la escuela y las actividades innovadoras que lleva adelante.
La Escuela que Sandra dirige también fue pionera en el cumplimento de la disposición ministerial de cambio de nombre de los estudiantes de acuerdo con su identidad de género autopercibida, aprobada en 2013. Para los estudiantes y sus familias, que la escuela haya acompañado el proceso de cambio de nombre ha sido clave para el sostenimiento de la escolaridad y para la construcción de la confianza y el respeto de toda la comunidad.
La gestión escolar de Sandra también se destaca por el diseño de trayectorias singulares que atienden las particularidades de cada estudiante y permiten que logren terminar los estudios secundarios a estudiantes que a lo largo de la cursada se enfrentan a dificultades que suelen conducir al abandono. También desarrollaron una aplicación educativa que facilita a los estudiantes la preparación para rendir materias previas de manera virtual. Y en relación con la inclusión y los aprendizajes, también implementan la interdisciplina como método de enseñanza y aprendizaje, una experiencia piloto que busca configurar un modo de evaluación integrada.