Se trata de la adaptación de Edgardo Dib sobre el clásico de Chéjov. Se presenta este sábado, el 14 y 21 de septiembre en La Treinta Sesenta y Ocho. Aquí, uno de sus actores, Rubén Von Der Thüsen, habla de la obra.
“Es una obra que estrenamos en 2012. No se terminó el mundo y la seguimos haciendo. Es un clásico, atraviesa los tiempos y cobra una actualidad increíble”. De esa forma, Rubén Von Der Thüsen se refirió a “El jardín de los cerezos. Suite para cuatro personajes”, la obra dirigida por Edgardo Dib que vuelve a escena el 7, 14 y 21 de septiembre en La Treinta Sesenta y Ocho (San Martín 3068), desde las 21.
Para el reconocido actor santafesino e integrante el elenco, la trama de la obra de Chéjov “va más allá de la vida de una familia aristocrática” porque “también era una familia productora de un bien como eran las cerezas. Por la mala administración de esa familia y los avatares económicos de la realidad rusa del momento, hace que estén el borde de perder su bien más preciado: el jardín de los cerezos”, comentó en su paso por ATP.
También destacó la cuota de humor que cuenta la adaptación en la versión libre de Dib, que cuenta con una destacada formación actoral: Luchi Gaido, Raúl Kreig, Rubén von der Thüsen y Sergio Abbate. “Hay algo muy mágico desde el relato y se cruza con la música de Tchaikovsky. Se genera un mundo mágico de Navidad, de la Rusia de principios de siglo XX, en el fin de la Rusia zarista”, ilustró el actor.
Otra particularidad es que la historia “también está contada desde ‘El cascanueces’”, mientras “hay una decisión estética que tiene que ver con el blanco y no hay nada más en el espacio que un banco tipo de plaza, que se va moviendo en el espacio generando distintos lugares. Trabajamos todo el tiempo con objetos imaginarios”.
La obra, que en 2013, representó a Santa Fe en el Festival Nacional de Teatro “es muy actual porque cuenta la economía de la familia, formada por un madre, un tío y un hijo, y se suma un prestamista, el nuevo rico que ha subido en la escala social que había sido hijo de los esclavos de esta gente”, subrayó Von Der Thüsen. Pese a ello, “intenta todo el tiempo hacerles entender que tienen que modificar su economía para poder salvar el jardín de los cerezos”.