Se trata de una institución que logró el asfalto en Gorriti, una escuela que hoy tiene tres niveles y un comedor que tiene 30 años. Igualmente, piden ayuda por la situación social del barrio.
Neli Beatríz Benítez y Andrea Chiapelo son parte de la Asociación Mutual Esperanza Solidaria, de barrio Pompeya en el norte de la ciudad.
La institución surgió en 1989, cuando los vecinos de la zona comenzaron a llevar adelante una olla popular por la crisis de aquel entonces.
“Fue la que marcó el inicio de este tipo de mutuales en el principio de la década de los ’90”, contó César Malato, de Fedesam.
“El 80% de los chicos no iban a la escuela por diferentes motivos, pero fundamentalmente porque eran gente de barrio humilde”, contó en el programa televisivo Apto para Todo Público Neli Benítez.
“Nos preguntábamos con los otros vecinos: ¿y qué vamos a hacer, una escuela? Entonces nos juntamos con algunos vecinos y formamos una mutual barrial, recibimos dinero de España de una donación para formar una escuela, armamos tres salones, una dirección, tres bañitos y así arrancamos en esa primera etapa, teníamos enseñanza desde preescolar hasta tercer grado”, dijo la referente mutual.
Por aquel entonces “no había asfalto ni nada, todos andaban en canoa por Gorriti cuando se inundaban, todo nuestro trámite mutual también nos sirvió para pedir el asfalto de Avenida Gorriti”, detalló Benítez.
Más adelante, desde la mutual se abocaron a la fabricación de bloques para la construcción. Producto de esto, se levantó la construcción del comedor Los Gurisitos, que está a punto de cumplir 30 años y que hoy asiste a 325 chicos.
Beatriz recordaba que no eran palabras de aliento las que recibían a la hora de poner en marcha el proyecto de la escuela, pero actualmente, la institución cuenta con enseñanza “preescolar, primaria y secundaria”.
Andrea Chiapello, por su parte, indicó que “mucha gente quiere ayudar, la familia, el tema social, ayudar a los chicos en el tema escolar, buscan eso”.
La dirigente mutual indicó que “los chicos que van al comedor de la escuela son los mismos de Los Gurisitos, andan buscando comida por todos lados”.
La realidad social de Pompeya
“Cada vez más gente asiste al comedor, ahí se nota la crisis, los chicos van a la escuela con zapatillas muy rotas”, sostuvo Neli.
“Ofrecí las instalaciones de la institución para talleres sobre adicción, conozco a todos los chicos, los vi crecer desde la panza, tiene que haber una forma de sacarlo adelante, pero al gobierno no les interesa”, comentó.
Por último, indicó que “las adicciones empiezan a los 9 o 10 años, también hay que ayudar a las madres solas y adolescentes, generalmente tienen hijos y los padres no se hacen responsables”.