En diálogo con nuestro medio, María Soledad Aramendi, presidenta de la Sociedad Rural de Rosario, trazó un crudo diagnóstico sobre la situación del sector agropecuario en Argentina. Aseguró que los productores enfrentan una crisis profunda debido a la carga impositiva y la falta de rentabilidad, lo que amenaza la continuidad de la actividad en manos de pequeños y medianos productores.

«Hace 20 años que tenemos retenciones y esto ha significado una continua desfinanciación del sector productivo y privado», sostuvo Aramendi. Según explicó, el productor invierte a nivel local y regional, pero las altas cargas impositivas, sumadas a los bajos precios internacionales de los cereales, están llevando a la actividad hacia una situación insostenible. «Hoy el Estado se lleva casi 446 dólares por hectárea en concepto de derechos de exportación y otros impuestos, mientras que el productor enfrenta una pérdida de 80 dólares por hectárea. Esto es inviable», enfatizó.

La dirigente agropecuaria destacó que esta situación ha generado una concentración de la tierra en manos de pocos actores. «El 70% del campo hoy está en alquiler. No porque el productor quiera, sino porque no tiene financiamiento propio ni espalda para sostener la producción. Esto lleva a que grandes cooperativas y otros actores con regímenes especiales terminen concentrando la actividad», explicó. En este contexto, las entidades rurales de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos se están manifestando para exigir una baja de retenciones y trabajar junto con los gobiernos provinciales en soluciones a corto plazo.

Consultada sobre la posibilidad de un regreso de los remates de tierras, Aramendi negó que esta sea la situación actual, pero advirtió que la falta de rentabilidad está poniendo en riesgo a pequeños y medianos productores. «En los años 80 y 90, muchos productores perdieron sus tierras y eso llevó a la concentración actual. Hoy, aunque no haya remates masivos, los costos siguen siendo muy altos y la situación es crítica para quienes aún trabajan sus campos», detalló.

Finalmente, Aramendi se refirió a la necesidad de agregar valor a la producción, pero aclaró que eso solo será posible si hay ganancias legítimas. «Primero hay que producir y ganar con lo que uno trabaja. Hoy ni siquiera el cultivo más barato de producir, que es la soja, es rentable. El productor no puede agregar valor si no tiene capacidad de inversión. Estamos en un momento en el que el campo pierde y eso afecta a todas las localidades del interior del país. Sin rentabilidad, no hay futuro para los pueblos rurales ni para el país», concluyó.

nota completa

Artículo anterior«El calor extremo afecta nuestra vida cotidiana»
Artículo siguienteCréditos Nido: Provincia anuncia los resultados del sexto sorteo