En una entrevista con la meteoróloga del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Cindy Fernández, se abordaron las condiciones climáticas actuales en Argentina, con alertas por altas temperaturas en varias provincias y recomendaciones para cuidarse del golpe de calor.

Cindy Fernández explicó que en regiones como Santa Fe, el calor y la humedad forman parte del discurso cotidiano. «No resulta ya novedoso, pero es un lugar común: ‘qué calor, qué humedad’. Esto afecta nuestra forma de vida y también nuestra salud», indicó.

La meteoróloga señaló que actualmente varias provincias están bajo alertas amarillas y naranjas por altas temperaturas. Estos niveles indican riesgos para la salud, especialmente para personas vulnerables como niños, mayores y personas con enfermedades preexistentes. «Las temperaturas continuarán en ascenso, con máximas que podrían superar los 37 grados y mínimas que no bajarán de los 23 grados, lo que dificulta el descanso nocturno y puede agravar condiciones de salud preexistentes», añadió.

Fernández detalló los distintos niveles de alerta por calor extremo. El nivel amarillo implica riesgo para la población vulnerable, mientras que el nivel naranja comienza a afectar también a personas sanas. «El alerta roja es la más peligrosa, ya que significa que el calor extremo puede afectar a cualquier persona, sin importar su estado de salud», explicó.

También insistió en la importancia de tomar medidas para prevenir el golpe de calor: «Hidratación constante, evitar la exposición al sol en horas pico, permanecer en lugares refrigerados y consumir alimentos livianos son algunas de las recomendaciones básicas».

¿Estamos sintiendo los efectos del cambio climático?

Cuando se le preguntó sobre el cambio climático, Fernández afirmó que las temperaturas actuales y las olas de calor prolongadas son indicadores de una tendencia global. «El clima tiene una variabilidad natural, pero lo que observamos es que los valores normales están cambiando. Las temperaturas que hoy consideramos habituales no lo eran hace 50 años», sostuvo.

Finalmente, la especialista destacó que, aunque diciembre fue más fresco de lo habitual en algunas regiones, el verano 2025 traerá condiciones más propias de la época, con calor extremo y lluvias por debajo de lo esperado en ciertas áreas.

Pocas lluvias y riesgos asociados

En cuanto a las precipitaciones, Fernández señaló que las lluvias serán escasas en el norte del Litoral y el este de la provincia de Buenos Aires. Esta situación podría afectar los caudales de los ríos, aunque las lluvias en Brasil y Paraguay podrían ayudar a mitigar los efectos de la sequía.

«Estamos ante un escenario donde el calor extremo y las pocas lluvias aumentan los riesgos de incendios y concentración de contaminantes en la atmósfera, lo que también afecta la salud de las personas», advirtió Fernández, concluyendo con un llamado a tomar conciencia y adoptar medidas preventivas durante este verano.

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