El gobierno nacional anunció la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la creación de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero. Este cambio apunta a reducir la burocracia y mejorar la eficiencia en la recaudación fiscal.
La nueva agencia contará con una estructura más reducida, con la eliminación del 34% de los cargos públicos, y un ahorro estimado de $6400 millones anuales. Además, se ajustarán los salarios de los directivos, igualándolos a los de ministros y secretarios de Estado.
La medida implica también la desvinculación de 3100 empleados que fueron incorporados recientemente, generando debates sobre sus impactos en el empleo y la gestión fiscal.