En una entrevista reciente, Laura Bravo, encargada de la Secretaría Científica del Colegio de Psicólogos de Santa Fe, ofreció su perspectiva sobre cómo la crisis económica está afectando la salud mental de la población y los desafíos que enfrentan los profesionales del área.

La crisis económica y su impacto en la salud mental

Bravo subrayó que la situación económica actual tiene efectos profundos en la subjetividad de las personas, lo que se refleja en el aumento de pacientes que espacian sus sesiones de terapia o incluso las abandonan debido a dificultades económicas. «Muchos pacientes nos dicen que no pueden continuar con la terapia porque no pueden pagarla, y retoman solo en momentos de crisis», explicó.

Además, destacó que esto ha generado una sobrecarga en el sistema público de salud, ya que muchas personas recurren a los servicios gratuitos al no poder costear la terapia privada ni las obras sociales.

El mínimo arancel ético y los desafíos de los psicólogos

La profesional señaló que el mínimo arancel ético establecido por el Colegio de Psicólogos para los convenios con obras sociales es actualmente de $17.000 por sesión, aunque enfatizó que este monto es una referencia gremial. «En muchos casos, lo ético es cobrar menos, porque no queremos que el costo sea un obstáculo para quienes están en un momento de crisis subjetiva», añadió Bravo, haciendo hincapié en el desafío que supone para los profesionales encontrar un equilibrio entre sus ingresos y la responsabilidad social de brindar atención accesible.

El impacto de la crisis económica también afecta directamente a los psicólogos como trabajadores, quienes deben hacer frente a gastos como alquiler de consultorio, formación continua y supervisión clínica. «Muchos colegas recién recibidos se ven forzados a aceptar convenios individuales con obras sociales que pagan muy poco, lo que dificulta sostenerse económicamente», explicó.

Frecuencia de los tratamientos y su modificación por la crisis

En cuanto a la frecuencia de los tratamientos, sostuvo que, si bien cada profesional establece un criterio clínico para determinar la periodicidad de las sesiones, la crisis económica está obligando a muchos pacientes a reducir la cantidad de consultas. «Una cosa es que la frecuencia sea determinada por el criterio clínico, pero otra es que esté determinada por un factor económico», lamentó.

Aunque no se cuenta con datos estadísticos específicos sobre la cantidad de personas que han abandonado la terapia o reducido la frecuencia de las sesiones, confirmó que es una situación generalizada. «Hablando con otros colegas, vemos que muchos pacientes están espaciando más las consultas o directamente dejan la terapia», señaló.

Comparación con otras crisis

Bravo también fue consultada sobre la comparación de esta crisis con otras etapas históricas de impacto social en la salud mental. «La pandemia es lo que más tenemos fresco en la memoria, pero también recuerdo situaciones como la crisis de 2001 o la inundación, que generaron un impacto colectivo fuerte», comentó. Para la psicóloga, la crisis económica actual tiene un carácter traumático que deja marcas singulares y colectivas.

La incertidumbre en la era Milei

La situación política actual también influye en el bienestar psicológico de los argentinos, según Bravo. «Escucho a muchos pacientes que hablan de la incertidumbre laboral, sobre todo aquellos que trabajan en el sector público o tienen hijos en esa situación, lo que genera mucha angustia», comentó. La falta de certezas sobre la estabilidad laboral es una de las principales fuentes de ansiedad en esta etapa.

Finalmente, hizo un llamado a la importancia de acudir a profesionales formados en psicología para cuidar la salud mental. «Es fundamental que quienes necesiten ayuda acudan a profesionales con formación adecuada para garantizar un espacio cuidado», concluyó.

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