La psicóloga y sexóloga clínica y educativa, Victoria Güemes, nos habla sobre cómo las experiencias pasadas, a menudo inadvertidas, pueden afectar nuestra vida sexual adulta y cómo abordarlas para disfrutar de una sexualidad plena y saludable.
Dialogamos con en el programa de televisión ATP con Victoria Güemes, reconocida sexóloga, quien trajo el tema traumas sexuales y educación para abordar en el ciclo. La licenciada comentó que no todos los traumas sexuales son resultado de experiencias extremas como abusos. Comentarios negativos sobre el cuerpo o el desempeño sexual, especialmente en etapas tempranas de la vida, pueden dejar cicatrices profundas. “Un primer encuentro en la adolescencia donde tu pareja te dice algo negativo puede parecer insignificante, pero puede tener un impacto duradero”, explica.
Güemes subrayó la importancia de una educación sexual de calidad, algo que muchas personas adultas hoy no tuvieron. “Quienes pasamos los 30 hoy tuvimos una educación sexual muy limitada en los 90 y 2000”, comenta. Esta falta de información ha dejado a muchas personas con traumas no reconocidos que afectan su capacidad de disfrutar de su sexualidad plenamente.
En la misma línea, aseguró que el cuerpo es fundamental en el proceso de sanación. A través de experiencias positivas y sucesivas, es posible sanar los traumas del pasado. “El cuerpo es un lugar para sanar, y teniendo experiencias positivas podemos sanar esos traumas”, asegura. También destaca la importancia de la terapia sexológica para abordar inhibiciones o miedos específicos.
Güemes señaló que comentarios negativos de parejas anteriores pueden generar patrones de búsqueda de aprobación o repetición de experiencias negativas. “Una persona que tuvo una relación donde se sintió reprimida puede evitar explorar o expresarse sexualmente por miedo a ser juzgada nuevamente”, explica. Reconocer estos patrones es el primer paso para romperlos y recuperar una sexualidad saludable.
En momentos de crisis, la sexualidad puede ser un refugio y un mecanismo de afrontamiento del estrés. Sin embargo, esto varía de persona a persona. “Para algunas, el sexo puede ser un buen mecanismo de afrontamiento del estrés. Cada quien maneja las crisis de manera distinta”, concluyó Güemes. La clave está en reconocer cómo nos afectan nuestras experiencias pasadas y buscar la ayuda necesaria para sanarlas.
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