En una entrevista con ATP, Jorge Giraudo, del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, aborda la crisis en el sector lácteo, la caída de la producción y los desafíos de la exportación.
Jorge Giraudo, representante del Observatorio de la Cadena Láctea Argentina, explicó que la industria láctea ha enfrentado un año 2023 muy complejo debido a una fuerte sequía en casi todas las cuencas lecheras. «Iniciamos el 2024 con altos índices de temperatura y humedad, lo que generó una caída del 15% en la producción de leche durante el primer cuatrimestre del año», señaló Giraudo, destacando el impacto climático adverso en el sector.
La reciente suspensión de los derechos de exportación y la mejora del tipo de cambio fueron aspectos positivos que Giraudo mencionó. «Estas medidas permitieron que las exportaciones crecieran significativamente, llevando el 30% de la producción de leche a mercados internacionales. Sin embargo, la inflación y la devaluación han erosionado estos beneficios, complicando nuevamente la rentabilidad de las exportaciones», explicó.
Giraudo también abordó la primarización del consumo local debido a la caída del poder adquisitivo. «El consumo de productos lácteos con mayor valor agregado, como yogures y quesos duros, ha disminuido en un 17% en comparación con el año pasado. La gente está optando por productos más básicos como la leche fluida y el queso cremoso», comentó, subrayando la necesidad de ajustar precios para mantener la competitividad.
En cuanto a los mercados internacionales, Giraudo destacó la importancia de países como Brasil y Argelia para las exportaciones argentinas. «Argelia, por ejemplo, compra mucha leche en polvo debido a su déficit en productos lácteos, influenciado por los precios del petróleo. Sin embargo, el acceso a mercados como la Unión Europea es complicado debido a los altos aranceles y las denominaciones de origen protegidas», concluyó Giraudo, resaltando los desafíos y oportunidades para el sector lácteo argentino en el contexto global.