Roberto Slobodianuk, integrante de la Came, alertó sobre la notoria caída de ventas de alimentos y medicamentos, al dar cuenta de una situación económica más que preocupante.
“Sin respiro”, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) transita estos primeros meses del año al compás de una realidad económica crítica. Así lo expresó Roberto Slobodianuk, representante de la entidad en Santa Fe, al ser consultado por Ciudadanos (que se emite este domingo, a las 20, por Somos Santa Fe, Somos Rafaela y Somos Rosario).
En virtud de la coyuntura, el integrante de Came sostuvo que “hoy levantar la persiana, encender las luces y habilitar a los empleados a trabajar es una empresa que, a los comerciantes, lleva puesto todos los días por la realidad es muy adversa”. Dicho de otra forma, se acumulan 28 meses de caída de ventas con una caída del 28% promedio interanual, acorde al último informe de la propia confederación.
Frente a este panorama, Slobodianuk resaltó que la caída de ventas se observa en “rubros muy sensibles”. “Se registra casi un 30% de caída de alimentos y bebidas, ya con segundas marcas. Ya hablamos del tiempo ocioso de los changos –graficó–. Y otro rubro que nos preocupa mucho es la caída del 40% en medicamentos. La venta en farmacias ha caído sustancialmente”, subrayó y alertó que “la gente autogestiona su dosificación de medicina”.
Entre los comportamientos de las y los consumidores, Came insiste en una tendencia que se sostiene y se profundiza: la compra de alimentos en cuotas. Teniendo en cuenta que se trata de compras en cuotas con intereses. Por ese motivo, Slobodianuk advirtió sobre la necesidad de pagar el total del importe de la tarjeta de crédito para “no entrar en el laberinto de los intereses, con más de 200% por la financiación”.
En este contexto, también se ha hecho presente la especulación y, en un primer momento, el desabastecimiento. Lo cual, además, se vuelve una particularidad en el sector de electrodomésticos o artefactos para el hogar: “Se dice que está cómodo porque no tiene que reponer. Pero no tiene que reponer porque no ha vendido”, aclaró.
Además de los factores anteriores, la realidad de los comercios se ve marcada por “otra espada”. “Las tarifas inciden fuertemente en la rentabilidad de un negocio, sumando la renovación de alquileres”, precisó Slobodianuk, quien agregó que la mayor preocupación de las y los comerciantes es “cuidar el empleo”. Es decir, no encontrarse en la situación de despedir empleados. Pero además, “también se cuida al proveedor porque para vender hay que tener”.
A modo de síntesis y en función de los primeros cuatro meses de 2024, “se observa que la rentabilidad no está, se está sacrificando mercadería, se están tomando ahorros (por eso la baja del dólar)”. Con estas circunstancias, “en la macroeconomía, al gobierno los números le estarían dando (a su favor), pero también se recauda menos. Nos estamos mordiendo la cola. Si no vendemos, en algún momento vamos a tener que prescindir de algunos de nuestros colaboradores. Y si no vendemos, tampoco le vamos a comprar al proveedor”, resumió al ilustrar un cuadro de situación preocupante.