Lo expresó el cineasta santafesino Agustín Falco, al defender la continuidad del Incaa. Aclaró que se trata de un instituto autárquico que no se financia con los impuestos que paga la ciudadanía.

Parte de los recortes del gobierno nacional, tal como se había adelantado durante la campaña electoral de Javier Milei, apuntan directamente al campo de la cultura. En efecto, el Ministerio de Capital Humano anunció durante las últimas horas medidas que afectan al Instituto Nacional de Artes y Audiovisuales (Incaa), sobre todo su desfinanciamiento. Sobre esta cuestión se pronunció el realizador santafesino Agustín Falco: “Lo que está sucediendo no tiene una raíz económica, sino que es simbólica, es cultural”.

En una entrevista con ATP, el cineasta explicó que “el Incaa tiene su propio mecanismo de recaudación” que deriva de la venta de entradas en las salas. “Un porcentaje de las entradas se retiene para generar un fondo de fomento. El Incaa funciona muy bien como otros en el resto del mundo”, destacó Falco en tanto aseguró que en “toda la cinematografía funciona de la misma manera”.

Dicho de otra forma, “el Incaa se alimenta de recursos que están separados de los impuestos que pagamos; es un instituto autárquico”.

Ahora bien, ¿por qué el gobierno libertario carga contra el cine? “El objetivo es desfinanciar segmentos de la cultura porque el gobierno tiene la sospecha que las personas que se dedican a la cultura, las humanidades o la comunicación están relacionadas al marxismo cultural”, consideró Falco a modo crítico. En esa línea profundizó sobre el eje ideológico de las medidas que van en detrimento de “los lazos que nos unen, los que son más que la oferta de la demanda”. “Ellos (Milei y sus filas) no creen en la sociedad: la relación que nos mantiene con terceros es el mercado –objetó–. Por eso somos ‘comunistas’, lo cual es una falacia”, sentenció el cineasta en su análisis.

De la misma forma, Falco se encargó de aclarar que el Incaa fue creado por ley y también por ley se debería disolver. Es por ello, que el gobierno apela a otras herramientas como despidos, eliminación de gastos, corte de los giros a las provincias y detiene la movilidad de los expedientes. Así las cosas, “se congela el funcionamiento”.

Habida cuenta de la crisis que supone para el quehacer cultural, el trabajador de la cinematografía local fundamentó que “el arte va a seguir existiendo y el resultado va a ser más arte contra él (Milei)”. “Hay que agregar racionalidad, hay un nivel de delirio muy grande. Podemos estar en desacuerdo en el funcionamiento de los organismos, pero con racionalidad. Tenemos que trabajar en el marco de los contratos sociales como la república y la democracia”, concluyó Falco.  

FuenteRDP
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