Ambos legisladores buscan revalidar su banca en el medio de distintas interpretaciones de las normativas. Oscar Blando opinó que “la Legislatura debiera tomar posición derogando el decreto” de la última dictadura.
Los últimos comicios legislativos dejaron una disputa en torno a una banca que podría quedar en manos de Fabián Palo Oliver (del Frente Amplio Progresista) o de Rubén Giustiniani (de Igualdad y Participación). En rigor, la aplicación de un decreto que data de la última dictadura cívico militar suscitó el conflicto habida cuenta del umbral del 3% del padrón al que el segundo de los postulantes no alcanza, aunque haya obtenido el 4,1% de los votos.
A la luz de esta situación, que camina hacia su judicialización, Oscar Blando, doctor en Derecho y exdirector de Reforma Política y Constitucional de Santa Fe, explicó las cuestiones normativas que se encuentran en tensión. Y, al mismo tiempo, sostuvo que en su interpretación aquel decreto, “por estar en contra de la Constitución provincial y por estar en contra de la Ley de Primarias, ha sido derogada tácitamente”. “Sin embargo, en 2011 se indicó que ese decreto estaba vigente y se le aplicó a Carlos Del Frade (quien no pudo ingresar a la Legislatura ese año). Todo indica que la posición de Daniel Erbetta –presidente del Tribunal Electoral– será no aplicar el decreto y tampoco aplicarse el 3% del padrón electoral”, esgrimió el especialista este martes en contacto con ATP.
De esa forma, Giustiniani sí ingresaría a la Cámara de Diputados nuevamente a partir del 10 de diciembre, una vez que finalice el escrutinio definitivo. También es factible que una determinación de la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe favorezca a Palo Oliver, apelación mediante. “La Legislatura debiera tomar posición, derogando ese decreto y evitar interpretaciones del Tribunal y de la Corte Suprema”, evaluó Blando. Así también, argumentó que en consonancia con una Reforma de la Constitución provincial se podría habilitar, por ejemplo, el voto opcional para las personas de 16 y 17 años (Voto Joven). Pese a ello, “no soy partidario –planteó el especialista– de plasmar en la Constitución un instrumento electoral porque significaría dejar petrificada, por ejemplo, la Boleta Única”.
Dicho de otro modo, “algunas cosas no conviene ponerlas todas en la Constitución porque son temas que pueden cambiar. Las cosas más gruesas deberían estar en la Constitución”, reafirmó.