Lo aseveró José Aquino, hermano de la joven que hace más de tres meses se encuentra desaparecida. La familia exige tener mayor contacto con la fiscal de la causa, mientras prevé sostener el reclamo de verdad en las calles y frente a Tribunales.
Han pasado tres meses desde que Mónica Estefanía Aquino, de 29 años, fue vista por última vez en nuestra ciudad. Desde entonces, nada se sabe sobre su paradero y tanto su familia como toda la comunidad de Varadero Sarsotti –donde ella tiene su residencia– no dejan de bramar en reclamo de la verdad. Así lo puso de manifiesto, José Aquino –su hermano– en una entrevista con Ciudadanos (que se emite este domingo, a las 20, por Somos Santa Fe, Somos Rafaela y Somos Rosario).
“Queremos que sigan buscando profundamente. Vamos a seguir con los cortes y acampando en Tribunales. También queremos que se los acuse por la desaparición de mi hermana”, sostuvo el hombre en alusión a los hermanos Pérez y su madre, quienes se encuentran detenidos por haber obligado a Mónica a ejercer la prostitución con el agravante de violencia de género. En tal sentido, esta mujer –madre de cuatro niños, de 10, 8, 6 y 4 años de edad– era sometida por su pareja, su cuñado y su suegra al punto de haber sufrido la imposibilidad de comunicarse con sus familiares durante largo tiempo.
“Queremos que la fiscal (Alejandra del Río Ayala) venga a hablar con nosotros, la familia”, exigió José. “Una sola vez habló con nosotros”. Acerca de lo que se conoce hasta el momento, el hermano indicó que su familia fue informada sobre “los rastrillajes, el secuestro de celulares, los allanamientos en algunas casas”. “Supuestamente, hay más personas implicadas, pero ¿dónde están? ¿por qué no están presos?”, planteó.
A su vez, en los últimos días se supo que fueron halladas algunas prendas como resultado de uno de los rastrillajes. “Pero sigue en investigación. Hace tres meses que sacaron los celulares y todavía no se sabe nada”, acotó José.
Al momento de la desaparición de Mónica, su hermano se encontraba internado en un efector de salud. Por esa razón, se incorporó a la protesta ni bien pudo y desde entonces ha promovido el acampe frente el edificio de Tribunales con el fin de obtener “respuestas concretas”. “Pero no tenemos comunicación con la fiscal”, insistió.
“Alrededor de la casa de Mónica, hay varios vecinos que llamaron a la policía en varias ocasiones de noche porque le estaban pegando a mi hermana. Y la policía no iba nunca. Todas las noches los vecinos llamaban. ¿Qué clase de policías son? ¿Dónde está la seguridad?”, relató con dolor e indignación José.
En ese mismo tono, el hombre aseguró que su hermana “del barrio no salió”. “Podemos esperar lo peor o lo mejor. Lo tomamos de las dos formas. Y si es lo peor, que el marido, el cuñado y la suegra hablen, que digan dónde está Mónica. Por lo menos, para despedirla o para encontrarla y abrazarla. Sus hijos la necesitan –remarcó–. Ellos están con mi mamá. Estas tres personas –las detenidas– les estaban robando la infancia a los cuatro”, definió José.