El concejal de Barrio 88 destacó algunas cuestiones del proyecto oficial, en función de un cambio radical de la noche santafesina. Y también planteó observaciones en torno a la insonorización de los locales.
El Día del Estudiante y la llegada de la primavera motivan, una vez más, hablar del uso del espacio público durante la noche, las regulaciones y las iniciativas que competen al funcionariado local en esa materia. Una de las posturas que ha sonado en el ámbito del Concejo Municipal es la de Guillermo Jerez, de Barrio 88. Ya con el mensaje del Ejecutivo enviado al cuerpo deliberante, relativo a la nocturnidad, “se sientan las bases de una discusión que va a llevar, al menos, uno o dos meses. Es interesante. Habrá que hacerle ajustes propios y necesarios de los consensos que se tendrán que alcanzar”, sostuvo el edil en diálogo con ATP.
En virtud de la audiencia pública, que tuvo lugar en el recinto del Concejo el mes pasado, Jerez consideró que “muchas expresiones fueron recogidas en los fundamentos, no en el articulado” del proyecto oficial. “El articulado es una salida elegante que le encontraron a determinadas situaciones conflictivas que se vienen sucediendo en la ciudad de Santa Fe”. “Hay un cambio en el modelo de la gestión de la nocturnidad”, subrayó el dirigente de Barrio 88 y aludió a dos cuestiones: “Promover que en los bares de hasta 200 personas se pueda bailar, cosa que hoy está prohibida. Y también reconocer el polo gastronómico en otros corredores”. Esa perspectiva, según Jerez, provocará “un cambio radical de la noche tal como la conocemos hoy”. En tal sentido, el concejal hizo hincapié que una nueva normativa amerita adecuarse a la actividad de “la capital de una de las provincias más importantes del país”.
De la misma manera, Jerez resaltó “las exigencias normativas que están contempladas acerca de la seguridad en Villa Dora, Republica del Oeste, algunos bares”. “Eso es un avance y también en quiénes se deposita la responsabilidad”, analizó siempre en relación con el proyecto que Emilio Jatón envió el Concejo.
Al momento de evaluar un tema tan controvertido como son los ruidos molestos, el edil de Barrio 88. “La norma habla de contaminación sonora y establece decibeles para el interior y el exterior, arbitrariamente porque no remite a ninguna norma complementaria. Y en un segundo ítem se dice que los locales deberán hacer las adecuaciones edilicias necesarias, la insonorización suficiente y las medidas antivibratorias”, planteó Jerez, mientras objetó que “no se remite a una ordenanza, de 2005, que estipula (estas cuestiones) en función de las normas Iram”, definió.