Jaquelina Balangione, a cargo del Servicio Público de la Defensa de Santa Fe, remarcó que “en las comisarías no debería haber ni un preso”. Además, analizó las condiciones en las cárceles afectadas por la sobrepoblación y el hacinamiento.
La sobrepoblación carcelaria volvió al debate público a partir de lo dicho por el director del Régimen Correccional, Darío Rossini, quien precisó que en la provincia hay 7573 presos con una capacidad de 5894. La situación mereció la consulta a la Jaquelina Balangione, a cargo del Servicio Público de la Defensa. “La sociedad también es parte de la esta problemática, desde su opinión, desde su expectativa, desde lo que reciben cuando los presos vuelven a la sociedad, desde las políticas que hay que construir para trabajar el problema de la violencia”, reflexionó en diálogo con Ciudadanos (que se emite este domingo, a las 20, por Somos Santa Fe, Somos Rafaela y Somos Rosario).
A la hora de describir la composición de las personas privadas de su libertad que habitan los pabellones, Balangione aclaró que un grupo de presos “cumple penas cortas porque cometieron delitos leves”, con lo cual la funcionaria desechó la consabida idea de la “puerta giratoria”. “Gente que pertenece a los sectores de menores recursos económicos es prácticamente la totalidad –subrayó–. Hay pocos presos que cometieron delitos de guante blanco. Lo que se percibe son delitos que, generalmente, impactan más sobre los sectores de menores recursos de la población, distinta graduación de delitos”.
Para Balangione, la problemática en cuestión amerita un “enfoque sistémico”. “Se trata de una multiplicidad de aristas a evaluar y una multiplicidad de problemas que se producen, tanto para ese colectivo de gente encarcelada como para la sociedad de la que provienen esos presos y hacia donde vuelven esos presos”, remarcó la defensora.
Con relación a las cifras –que marcan una sobrepoblación de 1600 detenidos en cárceles– brindadas por el Régimen Correccional, Balangione añadió que son unos 800 las personas alojadas en comisarías. “Hay 8500 presos en total en la provincia, 7500 en cárceles dentro de los que se incluyen 440 federales. Y entre 800 y mil en comisarías, alcaidías y celadurías”, precisó. Y continuó: “El problema de las comisarías superpobladas impacta, sobre todo, en la ciudad de Santa Fe. En las comisarías no debería haber ni un preso, porque no son lugares para albergar presos. Los presos tienen que ir al servicio penitenciario en base a la ley de ejecución penal”, recalcó.
Particularmente en torno al hacinamiento en las propias comisarías, “la Unidad Regional I (URI) tiene capacidad para 106 y hay 354”, graficó la funcionaria y también observó que “el agente policial que no está capacitado ni su función es cuidar presos, pero de hecho lo está haciendo”.
A su vez, Balangione indicó que el “el 40% de los presos se encuentran en prisión preventiva”. “Esto tiene que ver con las actuaciones de los fiscales y de los jueces”, señaló al dar cuenta de la complejidad de un tema que requiere, desde su perspectiva, un abordaje integral con el involucramiento de los tres poderes del Estado.
