El polo educativo se emplaza en Javier de la Rosa 1398. Abarca un jardín, un programa de alfabetización, un bachillerato popular y una escuela de Psicología Social.

Días atrás abrió sus puertas el Polo Educativo La Colmena, en Javier de la Rosa 1398. Forma parte de un trabajo que lleva un grupo con amplia trayectoria en la educación popular y que contemplan diversas acciones desde el acompañamiento a niñeces en el Jardín Popular y Comunitario “Isondú”, el comienzo del trayecto educativo obligatorio con el Programa Alfabetizar, la finalización de la trayectoria educativa con el Bachillerato Popular y la formación de agentes de transformación social y operadores socio-comunitarios en la Escuela Popular de Psicología Social “La Zito Lema”.

La Colmena Educación Popular se constituye como un Polo Educativo a fines de 2019. Sus proyectos se enmarcan en la lucha de los movimientos sociales. “Tiene que ver con pensar la educación desde un lugar menos bancarizado. En La Colmena trabajamos desde la óptica de la educación popular, conteniendo a compañeros, compañeras y compañeres que provienen de sectores populares, a quienes los procesos educativos propuestos por el Estado han excluido por no responder a ciertos requisitos solicitados por los espacios educativos tradicionales”, resaltaron desde la organización.

Sobre la base de esa perspectiva, se apunta “a garantizar el derecho a la educación a esas personas que son excluidas del sistema educativo tradicional”. También “buscamos generar trayectos educativos de cercanía que muchas veces tienen que ver con acompañar y abordar situaciones que exceden lo pedagógico y lo didáctico”. En este sentido, la coordinadora del espacio, Florencia Álvarez, sostuvo: “Muchas veces nos encontramos abordando situaciones de violencia de género, de padecimiento psíquico, de situaciones de precarización y pobreza, no sólo del educando sino también de sus familias, porque entendemos que el entorno socio afectivo de las personas tiene muchísima influencia en su trayectoria educativa. Nuestra forma de trabajo es integral y conteniendo a toda la comunidad que va conformando día a día el polo educativo”.

En otras palabras, el polo es un proyecto de gestión social que implica “pensar otras formas de ampliación del Estado, que surgen desde abajo, desde su ciudadanía activa, con deseos de pertenecer y contribuir a la sociedad y a las comunidades en las cuales se desarrolla”. sociales.

“Nuestros objetivos a futuro tienen que ver con que el Estado pueda reconocer a nuestros dispositivos como una iniciativa social (ni privada, ni pública). Una iniciativa a la que se puedan incorporar todas aquellas personas que quieran aportar a este tipo de proyectos. Estos dispositivos surgen en el marco de falencias que tiene el propio Estado. Por esta razón, exigimos el reconocimiento del mismo, como parte de esa ampliación hacia situaciones a las que el Estado no llega a contemplar en sus políticas públicas”, comentó Álvarez.

Y agregó: “Esto implica otros elementos como por ejemplo, poder emitir títulos reconocidos por el Estado y poder continuar haciendo de este espacio nuestro ingreso estable, nuestra fuente de trabajo estable, hacerlo crecer, ampliarlo y poder expandirlo a otras comunidades donde estas necesidades surgen todo el tiempo”.

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