El gobierno nacional dejó sin efecto el distanciamiento social de dos metros y pidió asegurar la ventilación de los ambientes y el lavado frecuente de manos en el marco de la pandemia de la Covid 19.
El Ministerio de Salud de la Nación oficializó este viernes el fin del distanciamiento social de dos metros, instaurado como medida de prevención desde el comienzo de la pandemia de coronavirus, pero instó a continuar con el uso del barbijo en espacios cerrados, incluyendo escuelas, transporte público y ámbitos laborales y sociales.
Mediante la resolución 705/2022, firmada por la ministra Carla Vizzotti, la cartera sanitaria estableció que de acuerdo a «la situación epidemiológica, sanitaria y los avances de la campaña de vacunación, es menester actualizar las medidas generales para prevenir tanto la Covid-19 como otras infecciones respiratorias estacionales con el fin de proteger la salud pública».
El último reporte oficial de coronavirus indicó que se registraron 22 personas muertas y 2784 nuevos casos en las últimas 24 horas.
En ese marco, la cartera sanitaria resolvió dejar sin efecto el distanciamiento social de dos metros y la obligatoriedad del autodiagnóstico de síntomas de coronavirus a través de la aplicación «Cuidar», pero reafirmó la recomendación de «asegurar la ventilación de los ambientes y mantener la higiene adecuada y frecuente de manos».
También ratificó la vigencia del “uso adecuado del barbijo en espacios interiores, incluyendo los ámbitos laborales, educativos, sociales y el transporte público”, tal como fue consensuado en una reciente reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) con los representantes de todas las provincias.
Dicha recomendación se reafirma cuando los gobiernos de ciudad de Buenos Aires, Mendoza y Tierra del Fuego ya dispusieron el uso optativo de los tapabocas en las escuelas, incluso dentro de las aulas para los estudiantes.
En la resolución 705/2022, publicada este viernes en el Boletín Oficial, la cartera sanitaria también remarcó: “Ante la presencia de síntomas, evitar el contacto con otras personas, no acudir a actividades laborales, sociales, educativas, lugares públicos y evitar el uso del transporte público”.
En tanto, «para determinar la modalidad de prestación de servicios laborales –presencial o remota– de una persona, se recomienda la realización de una evaluación médica de riesgo individual con su correspondiente certificación, sin que sea suficiente su sola pertenencia a los grupos de riesgo”.
En un comunicado de prensa, el Ministerio de Salud argumentó que las nuevas recomendaciones se adoptan en un escenario en el que «Argentina lleva 10 semanas consecutivas de descenso del número de casos de coronavirus».
Además destacó que se registran «importantes avances en la estrategia de vacunación que cuenta con niveles de cobertura del 89,2% en población general en primera dosis, 80,1% en esquemas completos, y más de 15 millones de dosis de refuerzo aplicadas».
Sin embargo, la cartera conducida por Vizzotti sostuvo que «aún existe incertidumbre a nivel global acerca del comportamiento del virus SARS-CoV-2 durante los próximos meses, especialmente durante el invierno del Hemisferio Sur, debido a la potencial emergencia de nuevas variantes, nuevas olas de contagio, o co-circulación con otros virus».
Y también recordó que a este panorama «se suma la circulación temprana de casos de Influenza A H3N2 y la cercanía del periodo estacional de otoño/invierno, que se caracteriza por una mayor circulación de virus respiratorios».
Justamente por ese motivo, el Gobierno adelantó este año la campaña nacional de vacunación antigripal para la cual la cartera sanitaria adquirió 9,6 millones de dosis, 1,5 millón de ellas pediátricas.
La población objetivo para la provisión gratuita de la dosis incluye personas mayores de 65 años; niños y niñas de entre seis y 24 meses; personas de entre 12 y 64 años con condiciones de riesgo –incluida la obesidad– y personas gestantes, además del personal de salud.
Al lanzar oficialmente la campaña, hace una semana, Vizzotti subrayó que el objetivo de la vacunación es «disminuir la mortalidad y las internaciones» como consecuencia del virus de la gripe.
La dosis antigripal puede aplicarse en forma simultánea y sin ningún intervalo con las vacunas contra el coronavirus y contra la neumonía, según explicó la funcionaria.