La diputada Gisel Mahmud reclamó el tratamiento, tras el visto bueno de la Cámara Baja por segunda vez. Con “esta política pública podemos darles herramientas a los niños, niñas y adolescentes para conocer conductas que lesionan sus derechos”, fundamentó.

“Parada, frenada”. Así definió la diputada provincial Gisel Mahmud el estado del proyecto de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) en el Senado santafesino. “Venimos por segunda vez de hacer un trabajo de consensos y debates. Tenemos dos años para que los proyectos se conviertan en ley o pierdan estado parlamentario. Sería una pena que suceda nuevamente eso”, advirtió la legisladora del Frente Progresista.

En diálogo con ATP, la militante socialista hizo hincapié que la normativa nacional ya tiene 15 años. “Estamos hablando de que en 15 años, Santa Fe no pudo sancionar su ley de ESI específica para la provincia, que tenemos por segunda vez una media sanción y que eso, cuando llega al Senado, queda paralizado”, planteó.

Sobre las posturas contrarias al proyecto, que en su momento se manifestaron en la propia Legislatura, Mahmud señaló que “no hubo una instancia para discutirlo”. “En Diputados hemos realizado convocatorias amplias, hemos escuchado a centros de estudiantes, colectivos de la sociedad civil, de padres y madres. Creemos que lo mismo se podría replicar en el Senado y podíamos entablar un diálogo bicameral para poder llegar a un acuerdo”, esgrimió.

La ESI “es importante porque nos permite pensar en la educación sexual que reciben nuestros niños, niñas y adolescentes en todas las instituciones públicas y privadas de Santa Fe”, remarcó la diputada en virtud de la trascendencia que supone la legislación. Asimismo, observó que el proyecto “plantea cuestiones superadoras en relación con la ley nacional”. Por ejemplo, se prevé que todos los años el Ministerio de Educación presente un informe en la Legislatura que de cuenta de los objetivos alcanzados.

“Durante la gestión de Miguel Lifschitz, detectábamos tres casos de abuso en las escuelas por semana. Es decir, implementando esta política pública podemos darles herramientas a los niños para conocer conductas que lesionan sus derechos, para identificar abusos, para ponerlos en palabras, para tener en la escuela un lugar donde hablarlo y para que las escuelas y las familias puedan resolver esas situaciones”, fundamentó Mahmud.

Acerca de lo ocurrido en Rafaela –ciudad natal de la legisladora–, donde una niña fue abusada en un colegio San José, Mahmud apuntó, precisamente, a que “educación para el amor no es la ESI, no son las herramientas suficientes”; en tanto se puso a disposición de la comunidad.

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