Así lo denunció Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, sobre el gobierno de Daniel Ortega. La situación de violencia escala a la par de las detenciones de cinco prencandidatos presidenciales.

La situación política de Nicaragua no deja de concitar la atención del mundo y, en particular, del continente. Allí, el gobierno justificó la detención de opositores y aspirantes a la Presidencia a los que acusa de tramar un golpe de Estado contra Daniel Ortega, a quien la comunidad internacional imputa estar limpiando el camino para intentar un cuarto mandato consecutivo en las elecciones de noviembre. Sobre los agitados momentos que se viven, Vilma Núñez, abogada y presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH), denunció que la propia entidad fue perseguida y hostigada por la administración de Ortega.

“Defender los derechos humanos, en estos momentos, en Nicaragua es difícil y de mucho riesgo. Estamos viviendo una de las crisis en derechos humanos más grandes que he pasado en 82 años de edad”, sostuvo la militante.

Tras una redada policial que se inició el 2 de junio, fueron detenidos los precandidatos Cristiana Chamorro, Arturo Cruz, Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro (primo de Cristiana) y Miguel Mora. Esta situación ha dejado asesinatos y 124 personas encarceladas “por delitos inventados”. “La única salida es un proceso electoral. Entonces, Daniela Ortega ha decidido frustrar que haya elecciones libres y transparentes. La vía armada es la única que Daniel Ortega sabe hacer”, planteó Núñez en comunicación con ATP.

En este contexto, la abogada apuntó al “apoderamiento del gobierno de las fuerzas de seguridad y cuerpos paramilitares o irregulares”, lo que se traduce en una situación de zozobra. Así las cosas, se ha denunciado a nivel internacional que “Nicaragua vive en estado de sitio”. “Es la peor dictadura que se ha visto en mucho tiempo, incluso en el continente”, definió Núñez.

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