Cumplía funciones en el Destacamento del Mercado del Abasto. Un día antes de los allanamientos de Prefectura aconsejó “limpiar todo” de los domicilios luego requisados. 

Luis “Luiyi” o “Puchi” Tissera, un policía veterano de la provincia, fue detenido esta mañana por la Prefectura a pocos metros de su casa, cuando se trasladaba en un patrullero que fue requisado por personal de la fuerza nacional. Además de quedar detenido, la justicia ordenó el secuestro del celular del policía. Es porque en escuchas telefónicas ordenadas por la justicia federal sobre la banda de Luciano Salas se detectaron un conjunto de conversaciones en las que se hace referencia a una advertencia de Tissera a parte del grupo narco. En una de ellas, el policía ahora detenido, recuerda, el día de los allanamientos del miércoles 19, que él había advertido un día antes que “saquen todo del lugar”, en referencia a los distintos domicilios donde podría haber drogas, entre ellos los de Luciano Salas, su hermana María Sol, alias “Chochi”.

El fiscal a cargo de la investigación, Walter Rodríguez, pidió además la detención de Santiago C., quien aparece es las escuchas como un enlace clave entre los integrantes de la banda de Salas. Prefectura detuvo también este viernes a la mañana al compinche del principal investigado.

Tissera, identificado como “Tisi” por los pesquisas que escuchaban sus conversaciones, tenía un rol clave de protección, aunque se sospecha que también tenía una función activa en el transporte de drogas por cuenta propia. El policía, en una conversación con una subalterna, le cuenta que el año que viene cumple los treinta años de servicio, que está contento por terminar en el Destacamento.

La interlocutora le pregunta: –¿Qué vas a hacer luego de jubilarte?

–Más plata, contesta. El sueño quedará frustrado, por lo pronto.

Una banda con historia

Luciano Salas, detenido el viernes de la semana pasada, es un “Pai” que formaba parte del templo Umbanda que lideraba “La Curandera” Vanesa Saravia, una narco regional que fue detenida en 2019 junto a su pareja Martín Albaristo y ocho personas más cuando intentaron mover 147 kilos de cocaína entre domicilios en la capital santafesina.  Salas estuvo siempre en el radar policial pero siempre zafó por sus relaciones con el mundo corrupto de la fuerza de seguridad. Cuando Saravia cayó hace dos años captó parte de su cartera, alternando con distintas personas del mundo narco regional sus alianzas. En la actualidad, le confiaba todo a una tal Débora, investigada en la causa, además de formar una red con Santiago C, la pareja de éste, y su hermana “Chochi”, detenida desde la semana pasada en el marco de esta causa.

Mientras los primeros allanamientos se practicaban Tissera hizo una ronda frenética de llamadas, entre ellas con una tal “Mariela”. Ambos comentan que un integrante del grupo estaba preocupado porque “tenía cosas de la Vanesa”. Ese mismo miércoles 19, se producen varias llamadas de preocupación. Primero porque “Luciano no aparece por ningún lado” (se entregó en la sede de Prefectura dos días después con su abogado), segundo porque se habían llevado el cráneo de la fosa de una de las casas allanadas y tercero por la “vendetta”: “fue la Norma (sic) ella se la juró a Luciano”, comentan.

Para los investigadores queda claro que Tissera tenían un  rol clave pero también sospechan de algo muy relevante: que Salas habría tenido una custodia permanente de personal policial en actividad. La historia lejos está de cerrarse.

FuenteZona Crítica
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