Fue el viernes en la sede de Prefectura, cercado por los pesquisas. La justicia federal considera que tenía disposición sobre droga secuestrada en varios domicilios. En una casa allanada se encontró un cráneo y elementos esotéricos, además de droga, dinero y balanzas.
Luciano Salas un presunto narco del ambiente local, se entregó el viernes 21 de mayo en la sede de la Prefectura Naval en la zona portuaria junto a su abogado Sebastián Gervasoni. El miércoles pasado personal de Prefectura allanó cuatro domicilios relacionados con Salas y secuestró droga, balanzas de precisión, dinero, cerca de 20 celulares y hasta un cráneo, “en apariencia humano”, según informaron fuentes de la investigación. Ante esa evidencia el fiscal pidió la detención del investigado, pero no se pudo concretar porque no estaba en ninguno de los lugares en donde la justicia lo había seguido en la investigación.
Durante 60 horas se lo buscó intensamente a Salas hasta que finalmente se entregó en la sede local del organismo de seguridad junto a su letrado, que también representará a una hermana de Salas, detenida este jueves en el marco de la misma casa. La mujer tenía en su poder un chaleco balísitico.
La investigación sobre el rol de Salas en la venta de drogas en Santa Fe comenzó hace varios años, supo estar en el radar de los pesquisas que siguieron los pasos de Vanesa Saravia, alias “La Curandera”, detenida en noviembre de 2019 por agentes anti narcóticos de la policía santafesina. Por cierto la mujer fue noticia el mismo miércoles cuando trascendió el fallo de la Cámara de Apelaciones de Rosario que la benefició con la prisión domiciliaria. Salas frecuentada el mismo templo Umbanda que lideraba Saravia junto a su esposo Martín Albaristo, también preso por la misma causa. Saravia fue detenida cuando intentó mover 147 kilos de cocaína en un día. Los pesquisas la venían siguiendo desde hacía tres meses y frente al escenario de movimientos de droga pidieron el urgente despacho de órdenes de allanamiento de casas, autos y detenciones.
Salas estuvo bajo la mira de la policía santafesina, pero luego la causa pasó a manos de Gendarmería hasta que finalmente la tramitó Prefectura. “Se hizo fuerte con la caída de La Curandera, quedó con parte de la red de distribución y creció mucho patrimonialmente, se movía en camioneta y era de ostentar”, comenta un detective que le siguió los pasos. El joven será indagado en las próximas horas.