En reclamo de justicia por el femicidio de Úrsula Bahillo, Santa Fe se sumó a la jornada nacional con una concentración frente a Tribunales. Los pedidos apuntaron a la declaración de emergencia y a la reforma judicial.
El frente de los Tribunales santafesinos fue el lugar de encuentro para las organizaciones feministas y las diversidades sexuales en una jornada de alcance nacional. La mesa Ni Una Menos convocó este miércoles en reclamo de justicia por Úrsula Bahillo, víctima de una femicidio en la localidad de Rojas (provincia de Buenos Aires).
Como muchas otras chicas, Úrsula había realizado 18 denuncias correspondientes por violencia de género no solo alertando sobre la situación que vivía por obra de su expareja, Matías Martínez (oficial de la Bonaerense), sino también pidiendo socorro. Su muerte fue el desencadenante del grito repetido #VivasNosQueremos, sobre todo porque todos los estamentos estatales que debían proteger a la joven no lo hicieron. De allí que uno de los carteles que esta tarde se podían ver en la plaza 25 de Mayo de Santa Fe decía: “El Estado es responsable”. En el transcurso de 2021, ya se cuentan 50 femicidios.
Como un paso previo al 8 de Marzo que se avecina, los pedidos de este miércoles fueron categóricos: declaración de emergencia en materia de violencia de género y una reforma judicial que le abra paso a la perspectiva de género.
En la ocasión, la Ni Una Menos Santa Fe también arengó por la libertad de Yolanda Vargas, quien desde el 9 de febrero último permanece detenida en Orán, Salta. Imputada por “abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo”, la mujer de 26 años ese día se encontraba ausente de su hogar para ir a trabajar, cuando se produjo un incendio que devoró rápidamente su precaria vivienda y terminó con la vida de sus dos pequeños hijos que estaban en el interior. A pesar de que los vecinos de Yolanda intentaron derribar la puerta para salvar a sus niños, la policía les impidió acercarse.
“Yolanda es la expresión de cientos de familias trabajadoras, para quienes la obra pública y el acceso a los servicios básicos están completamente vedados. Bajo este cuadro para enfrentar el hambre y la miseria, Yolanda como otros tantos compañeros se comenzaron a organizar en el comedor Rayito de Luz junto al Polo Obrero en Colonia Santa Rosa. La imputación que pesa contra Yolanda es un intento por parte de la Justicia de exculpar al Estado y a un régimen social, responsables de la miseria a la que someten a las mujeres trabajadoras y sus familias, en favor de los capitalistas, terratenientes y especuladores inmobiliarios”, exalta el documento de NUM.