Convento de Nogoyá

Luisa Toledo fue sentenciada a tres años de cárcel por privación ilegítima de la libertad, uso de violencia y amenazas.

“El látigo es una especie de flagelo que se hace con cuerdas, se lo pasa por cera derretida y se lo deja secar para que pegue más duro. Nos autoflagelábamos y nos pegábamos en las nalgas”. El relato pertenece a una de las monjas que denunció a Luisa Toledo, conocida como la hermana “María Isabel de la Santísima Trinidad”, por torturas y reducción a la servidumbre en el convento de carmelitas descalzas en Nogoyá (Entre Ríos). Las acusaciones derivaron en una investigación, y la madre superiora fue sentenciada a tres años de prisión efectiva.

Cuando se conoció le caso, en 2016, una de las monjas reveló que Toledo la sometía a ella y a otras hermanas a diferentes tormentos. “Sufrí castigos físicos, encierro de celda y duras reprimendas por parte de la superiora”, relató.

Los castigos eran variados: la mordaza, el látigo, el cilicio y golpes en distintas partes del cuerpo. La víctima que brindó testimonio había ingresado al monasterio a los 18 y llevaba 10 soportando el martirio físico y psicológico.

Las monjas eran expuestas al frío, pasaban días enteros encerradas en celdas y podían estar una semana amordazadas. Les hacían bajarse la ropa interior y darse latigazos en las nalgas. También eran obligadas a hacer la señal de la cruz con la lengua en el piso. “La superiora me decía que por culpa mía ella estaba enferma, la otra hermana tenía un tumor en la cabeza y la mayoría de las hermanas tenían gastritis. Yo me sentía culpable, le creía lo que me decía y por eso me golpeaba”, recordó quien brindara testimonio.

La mujer dijo que muchas veces le pidió a la superiora irse del convento, y que esta no se lo permitió. En varias ocasiones pensó en escapar, pero el lugar tenía rejas por todos lados y Toledo cuidaba celosamente que todas las puertas estuvieran cerradas con candado.

En el inicio de la investigación, la Justicia imputó a Toledo y la desplazó de su función en el monasterio. Tres meses más tarde, el Vaticano, a través de un documento con la firma del Papa Francisco, decidió apartarla.

Ahora, el Tribunal de la Sala I de la Cámara de Casación Penal, integrado por las juezas Marcela Davite y Marcela Badano y el juez Hugo Perotti, confirmó la sentencia de tres años de prisión efectiva para Luisa Toledo por el delito de privación ilegítima de la libertad doblemente calificada por uso de violencia y amenazas. El Tribunal de Juicio y Apelaciones de Gualeguay ya la había condenado en junio del año pasado. La exmadre superiora deberá purgar la pena en la Unidad Penal N° 6 de Paraná.

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FuenteRDP / TN
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