A propósito del Día del Orgullo LGBTIQ, la UNL reafirmó la lucha colectiva de disidencias sexo/genéricas. La institución, además, remarcó su compromiso por la inclusión en su comunidad.
Definir diversidad puede ser tan complejo y variable como la diversidad misma. No existen conceptualizaciones fijas, inalterables o eternas; siempre nos encontramos ante la incansable tarea de pensarnos de manera más inclusiva y abarcativa.
La aparición de categorías como LGBT, LGBTI, LGBTIQ, LGBTTTIQ, LGBTIQ+ da cuenta de la necesidad de encontrar en el lenguaje formas de representar a diversos grupos excluidos por una cultura que trató (y trata) de encasillar a las personas en dos únicas categorías: hombre (nacido hombre) y mujer (nacida mujer). Frente a una sociedad expulsiva, la respuesta colectiva de las disidencias sexo/genéricas ha sido el Orgullo.
Gracias a la lucha de organizaciones, colectivos y colectivas, nuestro país ha reconocido en materia legislativa los derechos de las personas LGBTIQ. La Ley de Identidad de Género (sancionada en 2012), el reconocimiento judicial de los crímenes de odio a las identidades disidentes (en 2018) fueron la antesala de la actual discusión sobre el cupo laboral trans (para empleos públicos y privados) que comenzó a desarrollarse en la Cámara de Diputados de la Nación. En el caso de nuestra provincia, desde el año 2019, se cuenta con una legislación que garantiza el cupo laboral trans para la administración pública provincial.
El rol de la universidad pública
En ese marco, la Universidad Nacional del Litoral (UNL), a través de su Programa de Extensión Género, Sociedad y Universidad, ha sido pionera en el reconocimiento del derecho a la identidad de género. Mediante el proyecto de extensión Diversidad Sexual y Derechos Humanos; desafíos y estrategias de inclusión ciudadana junto con les estudiantes trans, pusieron en visibilidad la inclusión del colectivo dentro de la comunidad universitaria. En consecuencia, en 2011 el Consejo Superior de la casa de estudios, aprobó el reconocimiento y respeto por la identidad sexual y de género adoptada por las personas trans. De esta manera, previo a la sanción de la ley, les estudiantes contaron con el derecho de figurar con la identidad autopercibida para todos los trámites administrativos de la Universidad.
La labor en pos de la inclusión se sostuvo y sostiene en el tiempo a partir de diferentes iniciativas que dan cuenta del compromiso institucional. Entre las acciones más destacadas, se encuentra la realización de un censo a la población trans en la ciudad de Santa Fe, que permitió identificar personas interesadas en retomar o iniciar estudios universitarios. Gracias a este trabajo fue posible facilitar y acompañar el ingreso de más estudiantes, con el objetivo de mantener y asegurar el transcurso y la trayectoria educativa de personas trans en la UNL.
“Que la UNL sea un espacio en el que se celebre la libertad y la diversidad, en el que siempre me sentí cómodo para ser quien realmente soy, me parece fundamental para que todos, todas y todes tengamos las mismas oportunidades realmente”, afirma Maximiliano estudiante de Arquitectura.
En la actualidad, ante las medidas adoptadas por la emergencia sanitaria el contexto de vulnerabilidad del colectivo se ha recrudecido. Por este motivo, la Universidad repensó y adaptó sus estrategias para continuar cerca de les estudiantes. “Trabajando siempre en pos de la inclusión para poder abrir los imaginarios del colectivo, para que la oportunidad de iniciar sus estudios sea una realidad tangible y puedan a acceder una Universidad que les abre sus puertas”, subraya Leandro Martín, integrante del Programa de Género.
Además, la Planta de Alimentos Nutritivos de la UNL donó 750 raciones a la Asamblea LGBT para que distribuya entre sus integrantes. También se realizaron acciones de apoyo y acompañamiento a la olla popular trans travesti de nuestra ciudad.
“El camino recorrido es largo, pero los desafíos que nos quedan son muchísimos”, comenta María Lucila Reyna, secretaria de Extensión Social y Cultural de la UNL. Y agrega: “Identificamos a las condiciones de permanencia dentro de la Universidad como una cuestión conflictiva en un contexto económico adverso, por eso nuestro principal interés es poder acompañar a aquellas y aquellos colectivos que lo necesiten para propiciar la permanencia y continuidad de sus trayectorias académicas”.
Carolina, graduada de la UNL, expresa que “para pensar una universidad pública y de impronta reformista, es fundamental pensar en la visibilización y la valoración de la comunidad LGBTIQ”. Y subraya que “la construcción de una universidad plural requiere de todas y cada una de las voces que la componen, por eso nuestras voces son necesarias, porque somos ingresantes, somos estudiantes, somos graduades, somos docentes, somos emprendedores e investigadores.”
Marcha y propuestas virtuales
El movimiento de los derechos de la comunidad LGBTIQ nació en New York en el año 1969 y a partir de 1970 la marcha del orgullo se convirtió en una tradición en todo el mundo. Este año, en su 50° aniversario y en el marco de las medidas de aislamiento por las que atraviesa nuestro país, los festejos y reivindicaciones de la característica marcha, se replicarán en diversas plataformas digitales. De esta forma, las actividades previstas por el Día del Orgullo se desarrollarán de manera virtual.
Desde el Programa de Género se prevé la realización de diferentes propuestas entre las que se destaca un conversatorio sobre «Infancias e identidad de género: un diálogo desde distintas miradas”. Una propuesta organizada junto con la Secretaría de Extensión de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales que tendrá lugar el próximo lunes 29, a las 19, por las plataformas zoom y youtube. Participarán Fabiana Gonzalez, Iñaki Regueiro de Giacomi, Shèndell Abril Spíngola, Sebastián Muratore, Nadia González y María Luz Cantero; mientras que el encargado de moderar será César Bissutti.