Se descubrieron al menos siete, de los cuales algunos datan de mucho tiempo. Otro descubrimiento que permitió la bajante extraordinaria del río.
Un relevamiento de una ciudadana santafesina y vecina de barrio Guadalupe dio cuenta de la existencia de al menos siete desagües que tienen conexiones clandestinas para vertir líquidos.
María Angélica Sabatier es ingeniera en recursos hídricos y magister en gestión ambiental. En mayo decidió recorrer la costanera santafesina en busca de este tipo de enlaces para el transporte subterráneo de líquidos.
«Sobre la Costanera Oeste de la ciudad existen varios desagües pluviales que vuelcan líquidos a la laguna Setúbal», le dino Sabatier al programa televisivo Apto para Todo Público.
«Es algo que pasa hace mucho tiempo, no es nuevo, pero la novedad es que con la bajante tan pronunciada hace muchos días que lo puede ver cualquiera, mi relevamiento fue prácticamente pedestre», dijo la profesional.
«Fue una observación muy simple, se trató de recorrer la costanera con mi auto y el 18 de mayo decidí hacerlo porque había pronóstico de lluvia y necesitaba cerrar ese relevamiento después de 14 días sin lluvias porque los desagües estaban completamente activos», especificó.
«Por este motivo, era obvio que lo que salía de allí no era agua de lluvia, sino que tenía otra procedencia, que no puede ser otra que conexiones clandestinas, que pueden ser de cocinas, deshechos industrial o líquidos cloacales», indicó.
«Este es un dato que aparece asociado a la vegetación que rodean a los deagües, que da cuenta de que hay un cúmulo de materia orgánica disponible para desarrollarse, algo que no se ve por ejemplo en la playa del Chaquito en donde no hay descargas contaminantes, lo que lo transforma en un fenómeno urbano», sostuvo Sabatier.
«Hay desagües que son antiguos, como el que está pegado al faro, unos metros al norte, que en la foto se nota que es de vieja data, otro se ubica más al norte, a la altura del CODE, luego uno entre el Lawn Tenis y el Club Ferroviario», enumeró.
Por último, cuestionó que «lo extraño es que estas conexiones recorren una parte de la ciudad que tiene red cloacal».