Andrea Ojjione, especialista en neurotrición, puso el foco en el cuidado de las emociones y el bienestar. “Utilizar el tiempo inteligentemente para construir” es la clave.
Andrea Ojjione es especialista en neurotrición. La cuarentena la encontró en Nordelta (provincia de Buenos Aires), lejos de la España en la que reside. Argentina de nacimiento, habitante de Córdoba, “chica de campo”, vivió en París durante 10 años y “ahí empezó lo que hago: la mirada para que la gente sea feliz en medio de tanta exigencia y caos”.
“Entendamos feliz por sostenible. Hablo de todas las realidades de la vida”, definió en diálogo con ATP vía Instagram. “Cuanto tenía 18 años, empecé la investigación. Durante estos 32 años me he ido formando, tanto de forma independiente como en universidades, en todo lo que me parecía que hacía falta para alimentar una vida. Mi obsesión es que la gente sea muy productiva en su trabajo, pero luego llegue a su casa siga productiva amorosamente con su familia”, esgrimió la especialista en gestión del bienestar, hábitos y alimentación.
Desde su perspectiva, la herramienta radica en la vida cotidiana y “es barata”. Dicho de otra forma, se trata de saber “cómo alimentar la vida cotidiana en todos los aspectos, emociones, pensamientos, alimentación, nutrición deportiva”.
Sobre el tipo de vida que un gran sector de la población lleva a cabo, Ojjione puso el foco en cuestiones superfluas como “voy a engordar” o “no me puedo teñir las canas” y “no ponemos el foco en cosas que sí nos alimentan como pasar tiempo con la familia, resolver problemas”. Y argumentó: “Estamos muy obsesionados por el tema estético exterior y tenemos que obsesionaros con lo estético alma interior. Interesa cómo llevamos las emociones cotidianas, este será el mayor de los retos: no quedarse enganchados en las emociones negativas y con la relación que uno tenía con el otro”.
Al respecto fue contundente a la hora de expresar que, habida cuenta del aislamiento social, “vamos a tener que reconvertir nuestro hogar, alimentar las emociones positivas, busca los grises entre la euforia y la tristeza, la paciencia con el otro y con nosotros mismos, alejarnos de los carbohidratos, es mejor más poquito y más sencillo”, expuso, en tanto hizo hincapié en que la función de la mente es producir pensamientos por lo cual es necesario “saber qué hacer con eso”.
Asimismo se refirió a la coyuntura mundial, como un momento histórico. “Pero esta curva de cambio la podemos hacer muy bien. Nos vamos a hundir un poquito, nos vamos a cuestionar todo, pero tenemos que escuchar cuáles son nuestros recursos. Y si no lo tenemos, consultar e incorporarlos para volver a subir”, planteó y advirtió sobre la tendencia a “acumular información”.
Consultada sobre las herramientas que se pueden poner en marcha dadas las circunstancias del confinamiento, la especialista recomendó “comer menos” cuando no se trata de hambre, sino de ansiedad. También “comer mucho verde, un poquito de proteínas y alejarse de la azúcar”. Otra cosa: “Movete. Poné la música, despejá tu casa, preparate una pista de baile y todos los días a la misma hora, bailá”. Asimismo, sugirió buscar una meditación diaria y, “dar besos y abrazos”. Lo que están “solitos, tomar contacto con los demás no para hablar de la pandemia, sino de los proyectos”. En síntesis: “Utilizar el tiempo inteligentemente para construir”.