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Lo expresó la activista feminista Guillermina Cerati en función de las denuncias que mujeres y disidencias registran por violencia de género en lo que va del aislamiento. Desde las organizaciones alertan sobre la convivencia con los agresores.

La violencia machista marca datos alarmantes y más aún los femicidios durante el período del aislamiento social, preventivo y obligatorio. En las últimas semanas, las denuncias crecieron por los canales oficiales tanto en el país, como en la provincia. En efecto, en nuestra ciudad existen 60 registros de violencia de género por día, según datos provisorios del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec) mediante el Registro Único de Violencia contra la Mujer (Ruvim). El promedio data del 1 al 13 de abril y significa un aumento del 14 % con respecto a la primera etapa de la cuarentena (del 20 al 31 de marzo).

“Desde las organizaciones feministas estamos preocupadas por la situación que se agrava en tiempos de cuarentena. Sabemos que el peligro para las mujeres está en la calle, pero más está dentro del hogar porque la mayoría de las mujeres y las disidencias convive con sus agresores”, planteó Guillermina Cerati, Licenciada en trabajo Social, Diplomada en Género desde la perspectiva de los Derechos Humanos y Coordinadora General de la ONG Acción Educativa Santa Fe.

Al ser consultada por ATP, la activista también puso el foco en las infancias que conviven con los abusadores y “que no tienen la posibilidad de hacer estas denuncias”. “Las cifras son llamados que se realizan, pero hay otras mujeres que no pueden acercarse. Si bien se implementaron estrategias digitales dado que las mujeres no pueden salir de su casa para realizar la denuncia, no pueden comunicarlo por teléfono, muchas de ellas no tienen whatsapp. Por eso pedimos que entre vecinos y vecinas estemos atentos y comprometernos”, planteó Cerati. Y consignó: “Es importante que estas mujeres sepan que no están solas y que no sientan la carga y la culpa”, a instancias que el aislamiento provoca la pérdida “de vínculos contenedores de familiares y amistades”.

En este contexto, Cerati fue categórica que las víctimas no deberían irse de su hogar, sino “que el agresor debería dejar el hogar”. En la inmediatez, “se buscan lugares a los que puedan recurrir estas mujeres, pero muchas veces cuando están solas van a casa de familiares y es muy difícil que puedan mantenerse ahí”. En tal sentido, “es importante pensar una política pública y pensar las complicaciones que lleva la cuarentena, con las exigencias que tenemos hoy en día que llevamos tareas de cuidado, domésticas y los deberes escolares de los hijos e hijas más las laborales”, remarcó en función de los parámetros patriarcales y de la heteronorma que prevalece en la sociedad.

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