«Un día más se observa la tendencia descendente. La tasa de crecimiento de la pandemia se va reduciendo en casi todas las comunidades», aseguró María José Sierra, del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias de ese país.
El número de muertos diarios por coronavirus sigue bajando en España, donde hoy perdieron la vida otras 637 personas, la cifra más baja en más de dos semanas, mientras los contagios también siguen cayendo, con 4.273 infectados más.
El total de personas fallecidas, no obstante, ascienden a 13.055 personas, según el último balance del Ministerio de Sanidad. En cuanto a los contagios se incrementaron en un 3,2%, situando el global de diagnosticados en 135.032 personas.
Por otro lado, desde el inicio de la pandemia, 6.931 personas requirieron atención en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), 70 más que ayer. Finalmente, 40.437 fueron dadas de alta en toda España.
«Un día más se observa la tendencia descendente. La tasa de crecimiento de la pandemia se va reduciendo en casi todas las comunidades», aseguró María José Sierra, «número dos» del Centro de Alertas y Emergencias Sanitarias de España, en videoconferencia.
Asimismo, la experta del gobierno español destacó que el número de personas que puede contagiar un paciente con el virus disminuyó a menos de uno.
Este era el gran objetivo a nivel de control epidemiológico, según explicaron en reiteradas ocasiones los miembros del comité de crisis del coronavirus.
España entró hoy en su cuarta semana de confinamiento bajo estado de alarma, una medida de excepción que rige desde el 14 de marzo último y que, por el momento, se extenderá hasta el 26 de abril.
El gobierno mantiene hasta el 9 de abril la prohibición de realizar actividades productivas no esenciales, y se prepara para redoblar los controles para evitar que la población relaje el confinamiento durante las vacaciones de Semana Santa.
En ese marco, varios responsables políticos de municipios costeros del país pidieron refuerzos policiales para evitar el desplazamiento de personas de las grandes ciudades a sus segundas residencias, como ocurrió ya al decretarse el confinamiento con madrileños que se trasladaron a la Costa del Sol.