Desde la ONG Hablemos de Bullying advierten sobre el acoso que sufren los niños y niñas se relaciona con el bajo rendimiento escolar. Apelan al rol de los adultos y los entornos. La clave de la convivencia.
A partir del cotejo de datos de parte de la organización Argentinos por la Educación y la Universidad Católica de Cuyo, se pudo realizar llegar a la conclusión que gran parte de los niños y niñas que sufren acoso escolar obtienen peores desempeños. Así lo comentó Pablo Meiner, presidente de la ONG Hablemos de Bullying, en su paso por ATP. “El bajo rendimiento se registra en matemáticas, la sensación de exclusión. Aquellos chicos que se han sentido excluidos pueden llegar a sentir que pierden hasta un año y medio de clases. Y en el caso de la violencia física, hasta un año de clases”, remarcó.
Si bien el estudio no marca líneas de causa consecuencia porque, de hecho, el hostigamiento también lo reciben los niños y niñas con alto rendimiento escolar, “son números que nos llevan a trabajar sobre la problemática. “Muchas veces, desde la escuela o desde el propio Estado no se le da importancia al clima escolar y a generar ámbitos de convivencia. Eso influye directamente en el rendimiento”, explicó Meiner.
Por su parte, Gisela Rugna, integrante del equipo psicoeducativo de la ONG, subrayó que “no solo se ve afectado el chico, sino todos los compañeros. El bullying no es algo entre dos. Incluye a las familias, los docentes, los directivos, a los profesionales de la salud y a los compañeros. ¿Cómo se siente un chico que ve una injustica para con otro compañero y tiene el miedo de ser el próximo? Está en un estado de amenaza contante”, planteó.
Desde la organización, además, se trabaja en función de “cómo afecta en el chico un docente autoritario”. “El miedo inhibe el aprendizaje, ya sea por el hostigamiento de los compañeros o un docente que es intimidante o descalifica desde lo verbal”, ilustró. Rugna, por lo demás, fue tajante: “Para que se termine el bullying, los adultos se tienen que hacer cargo de la situación. Solo, un chico no puede salir de una situación de violencia. Son los adultos los que tienen que intervenir”.