Una investigación judicial llegó a un punto que desnuda un encuentro de la ministra con una persona que le alquilaba una propiedad a Luis Paz. Se trata de quién está siendo investigado por lavado de activos y narcotráfico.
El fiscal federal Walter Rodríguez pidió la semana pasada elevar a juicio oral y público la causa del narco Luis Paz.
Todo se remonta a una conversación telefónica enmarcada en una investigación judicial que terminó con la detención del importante narco Luis Alberto Paz. Se trata del padre de Martín “Fantasma” Paz, asesinado presumiblemente por Los Monos, en septiembre de 2012 en Rosario, hecho que desató una guerra entre los clanes Cantero y Bassi.
Luego de ese asesinato, Paz se refugió en la ciudad de Santa Fe y vivió en el country Los Molinos.
En ese entonces, su actividad fue objeto de una investigación como organizador de una banda dedicada a la venta de estupefacientes. En esa estructura, un arquitecto santafesino llamado Luis Canteli tenía la función de ser su lugarteniente.
También, a Paz se lo comenzó a investigar por lavado de activos a partir de una serie de 18 propiedades que estaban a su nombre, o bajo su órbita.
El día de la detención de Paz fue el 10 diciembre del año pasado y el 26 de ese mismo mes fue procesado.
En este marco, la semana pasada, el fiscal federal Walter Rodríguez, quien está a cargo de la investigación, consideró que el paso de la instrucción de la causa estaba concluida, y por lo tanto pidió a la justicia que juzgue en forma oral y pública.
Fruto de la investigación, surgió que en una de las propiedades de Paz en la ciudad de Rosario, ubicada en el bulevar Oroño 480 vivía un hombre identificado como Marcos Carrillo. Vale remarcar que la propiedad no está a nombre del narco, sino de una mujer cuyo nombre es Ana Ferrari, la primera esposa de Paz.
La relación entre el inquilino y el narco era muy fluida, ya que los investigadores consideraban que se trata de una de las personas que le acercaba a Paz negocios, fundamentalmente inmobiliarios.
Carrillo forma parte de la Asociación Civil “Los Osos”, cuyo objetivo es “realizar y fomentar eventos para la concientización social, cultural, deportiva e inclusiva sobre distintos temas del colectivo LGBTIQ de la ciudad de Rosario con enfoque prioritario a las personas con exceso de peso, contextura grande, siendo en ciertos casos discriminados”.
El dato se transforma en trascendente porque en septiembre del año pasado recibió la visita de una mujer trans identificada como Mara Pérez Reinoso, quien está a cargo del área de diversidad del Ministerio de Seguridad de la Nación. La visita no fue individual, sino que quien acompañó a Pérez Reinoso fue la propia ministra Patricia Bullrich.
Ese encuentro llegó a los oídos de Paz por boca de Marcos Carrillo.
En principio, la visita de las funcionarias se debieron a cuestiones de la gestión. Sin embargo, luego de eso hubo una cita entre Bullrich, una sobrina, un chofer y Carrillo en la casa de este último (propiedad del narco).
Carrillo quedó tan impresionado con la cita que lo llamó a Paz y le dijo “a que no sabés quién viene a cenar esta noche”. Luego de anoticiarse, Paz lo compromete a Carrillo para que este le cuente los detalles del encuentro.
Esa noche de la cena, Bullrich se quedó hasta altas horas de la madrugada y hasta dejó una tarjeta personal en la casa.
Días más tarde, Carrillo y Paz volvieron a comunicarse, el narco volvió a pedir detalles del encuentro y solicitó saber si era posible generar un encuentro con la ministra. A lo que Carrillo respondió en forma contundente: “Totalmente”.
No hay certezas de cómo pudo haber prosperado esta situación porque dos meses después de este hecho, Paz quedó detenido.
Un informe de la Policía Federal consignó que “es muy difícil que la ministra de Seguridad no sepa dónde va”, fuera del protocolo, ya que sus asesores le acercan esos datos.