La frase pertenece a Darío Urrejola, hijo de una víctima de inseguridad en 2013. Dijo que “los familiares deben calmar las aguas porque la violencia no conduce a nada”. Preparan “una gran marcha” por la inseguridad.
La marcha para pedir seguridad que se desarrolló ayer en Santa Fe, luego del homicidio de Julio Cabal sigue haciendo mucho ruido y retumbando en la sociedad.
Darío Urrejola, es hijo de “Coco”, quien fue asesinado en un asalto en su vivienda en 2013. Poco tiempo después de la muerte de su padre comenzó a formar parte de la Asociación de Familiares de Víctimas de la Inseguridad. La institución tiene una militancia intachable por la seguridad.
“El 24 de febrero de 2013, mi viejo se estaba preparando para irse de vacaciones a Mar del Plata, pero me llamaron y me dijeron que se había producido una entradera en su casa, y cuando llegué me encontré con mi madre con un ataque de nervios y una doctora que vive enfrente me dijo que mi padre había muerto”, recordó Darío en el programa de televisión Apto para Todo Público.
“Habían entrado con un ardid de unas personas que necesitaban arreglar una máquina de cortar pasto, y como todo viejo mi papá fue confiado, cuando se dio vuelta se le metieron, le pedían U$S 300.000 que nunca tuvo, después pudimos saber que era por un dato mal dado, lo ataron, lo golpearon mucho y murió por un ataque cardiorespiratorio”, recordó.
“Debo decir que la policía se movió muy bien porque a los 25 días dieron con uno de los acusados que hoy está cumpliendo condena, detenido, junto con otro, pero hay un tercero que no se pudo encontrar”, rememoró Darío.
“El fiscal llevó muy bien adelante el caso y llegamos a un juicio abreviado porque la principal testigo era mi madre y yo no quería que mi mamá pasara por eso. Este fue un caso que tuvo resolución, pero hay infinidad que no la tienen, estamos viviendo en un estado que todos dicen que tiene tres patas, pero hay una parte que nunca nadie la nombra y que es importante, que es la sociedad, nosotros también somos parte del estado”, reflexionó.
La manifestación por Julio Cabal
“Estuve ayer en la marcha y era como rememorar el momento de lo poco que se hizo con mi viejo”, narró.
“Ayer tenía sentimientos encontrados, venimos peleando hace mucho tiempo por una marcha así, pero nunca sumamos más de 100 personas, la gente tenía indiferencia, pensaban ‘a mí no me va a pasar’”, afirmó.
También opinó que “la sociedad está en peligro, la víctima en este momento es la sociedad, porque sufre por la pérdida de un ser querido, por el robo de un celular, lamentablemente tuvo que pasar lo de Julio para que la gente reaccionara”.
Desde la Asociación de Familiares de Víctimas de la Inseguridad anuncian que están preparando una gran movilización para que el próximo gobierno entienda que la gente está cansada.
Un análisis
Sobre las políticas de estado que deben implementarse en torno a la seguridad, Urrejola sostuvo que “buscar el consenso es difícil porque los políticos viven del desorden, a ellos le conviene hacer mal las cosas porque van a tener posibilidades de estar, no se van a echar entre ellos”.
También afirmó que “nadie asume sus culpas, quiero que alguien las asuma, estamos viviendo en un estado en el que el detenido o acusado tiene más beneficios que las víctimas”.
Para la justicia, también tuvo algunos párrafos aparte: “se ampara en leyes que hacen los legisladores y son permisivas, debemos ponernos a trabajar en algo más, los tiempos de la Justicia no están a la altura de las circunstancias, son lerdos, eso es primordial”.
Calmar las aguas
Respecto del pedido de mano dura que afloró ayer, en el marco de la manifestación, y la posterior intervención para colocar un freno a esas actitudes, por parte de la madre de Julio Cabal, Darío también opinó.
“Me puso muy bien escucharla, yo también lo dije, yo no quiero revancha, no la busco, porque si lo encarcelan, lo cuelgan en la plaza, o lo cortamos en pedacitos y lo tiramos a los chanchos a mi viejo o a Julio no los devuelve nadie, entonces lo que debemos hacer es tratar de calmar las aguas los que sufrimos y quienes vamos a tener de por vida este dolor, si incentivamos a la violencia es peor”, sostuvo.
Están jugados
“No creo que a mi viejo lo hayan querido matar, pero se les fue la mano y lo mataron, no creo tampoco que el tipo haya querido matarlo a Julio, no van con esa intención pero están jugados y te terminan haciéndote daño, destruyen la sociedad y a tu familia”, analizó Urrejola.
Contemplando la realidad de la familia Cabal, reveló parte de lo que le sucedió en su caso: “esto días que siguen son de terror, no dormís, te despertás, sentís el vacío, todo te recuerda a ese ser querido, con el tiempo empieza a ser más suave, pero no cicatriza, pero lo aprendés a sobrellevar porque sabés que al lado tuyo tenés a una familia”.
Lo que viene
Consultado acerca de lo que espera del próximo gobierno, Urrejola dijo “no tengo esperanzas, respecto de la policía, hay buenos y malos, y los mismo para los fiscales, y fundamentalmente considero que los legisladores son todos malos, no les interesa para nada lo que nos está pasando a nosotros porque ellos están en otra cosa”.
Sobre el pedido de renuncia para el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro, adujo que “tuvo casos más bravos donde ya debió haberse ido,lo de ayer colmó el vaso, pero la renuncia no calmaba nada, que se quede y dé la cara, que busque soluciones, que diga porqué no se puede dominar a la policía”.
“No sé quien puede cambiar esto, pero la mano dura no creo que sea buena, las soluciones inmediatas tampoco existen, pero sí tomar medidas de base, concreta, si matamos a alguien nos transformamos en lo mismo”, concluyó.