Tres muertes tienen un mismo hilo conductor y casi el mismo escenario geográfico. Preocupación de los vecinos del barrio más populoso del oeste.
En 2015, Verónica Flores fue asesinada en las inmediaciones de Estrada y Moreno, en barrio Santa Rosa de Lima.
En ese mismo hecho fue herido gravemente su hermano, Iván, quien automáticamente se transformó en el principal testigo del asesinato de Verónica.
Por el hecho, hace poco tiempo, fue condenado un hombre de 19 años, identificado como Maximiliano Ismael Rodríguez.
Luego se sortear la muerte una vez, Iván Flores, fue asesinado el 30 de marzo de 2019, también en Santa Rosa de Lima.
A su vez, ese crimen tuvo otro testigo clave (entre varios): esta vez fue Matías Jumilla quien iba a declarar el 11 de septiembre próximo en una Cámara Gesell, debido a que es menor de edad, en el marco de la investigación por el último crimen mencionado.
Se cree que el adolescente iba a señalar al asesino, pero no llegó a hacerlo ya que fue baleado en la cabeza en Moreno y Estrada, es decir en la misma esquina que mataron a Verónica Flores, el sábado a la noche.
Lo curioso es que la madre de Matías tenía una custodia fija de la policía ordenada por el juez de la investigación.
Los efectivos no se movieron del puesto asignado, ni se apartaron de la tarea encomendada, pero fue Matías quien no salió por el frente de su casa, sino por otra puerta, lo cual no fue advertido por los policías.
En estas circunstancias, Matías el sábado por la noche asistió a un kiosco de la zona, junto a otros amigos a efectuar alguna compra.
En esa circunstancia fue baleado con la clara intención de matarlo. El autor del disparo no estaba solo.
Ambas personas están detenidas y se secuestraron dos armas.
La abuela de Matías señaló a la familia del agresor como vendedores de drogas en el barrio.
Por estas horas, Jumilla está en estado gravísimo en el Hospital José María Cullen.