La semana pasada se sancionó en la Cámara de Diputados un proyecto para generar un órgano de protección a mujeres de la fuerza ante atropellos de los superiores. El 75% fue víctima de abusos en su trabajo.

Una encuesta realizada por la Red de Mujeres Policías de Santa Fe a trabajadoras de las fuerzas de seguridad provinciales arrojó un resultado tan escalofriante como preocupante: 75% de las consultadas sufrió violencia de género.

La semana pasada, en la Cámara de Diputados se logró la media sanción para crear el Centro Integral con Perspectiva de Género para Mujeres Policías (Cipgen).

La iniciativa está motorizada por la Red y presentada por la legisladora del partido SI, Alicia Gutiérrez.

El objetivo es «garantizar la asistencia y acompañamiento integral a mujeres que se desempeñan en la Policía de la Provincia y en la Dirección General del Servicio Penitenciario que resulten víctimas de discriminación y violencia de género en el ámbito laboral».

También abarcará el ámbito doméstico en los casos que los agresores sean empleados policiales.

El proyecto ahora deberá transitar el camino legislativo de la conservadora Cámara de Senadores. Allí, vale recordar, la presencia femenina es casi nula, salvo por la banca ocupada por Cristina Berra.

En la provincia hay unas 4000 agentes mujeres.

Miriam Reibel, integrante de la Red le dijo al programa televisivo Apto para Todo Público que “gracias a Alicia Gutiérrez comenzamos a tener una espalda contra estos abusos que a través del tiempo cada vez se acrecentó más”.

“La institución policial es un mundo absolutamente machista, somos un número dentro de la repartición, queremos que se nos tenga en cuenta como compañeras y que se nos dé la posibilidad de proyectarnos a través de la carrera”, indicó.

“Las mujeres no pueden ocupar cargos jerárquicos por más que cuenten con requisitos, años de antigüedad, estudios universitarios, pero ven truncas sus posibilidades, siempre la prioridad es un hombre y no nosotras”, narró Reibel.

“en mi caso llegué a odiar el uniforme, tenía ganas de decirle a mi abusador ‘dejame trabajar, quiero cumplir mi función, irme a casa y volver al otro día a lo mismo’, pero te van sacando esas ganas de estar en la policía, hoy hay chicas que lo sufren, en algunos casos no las dejan salir a amamantar a su bebé”, contó la representante de la Red de Mujeres policías.

“La jefatura de Leyla Perazzo intentó cambiar algo, pero ante una institución tan verticalista y machista resulta difícil”, finalizó.

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