La madre se reunió con la fiscal del caso, pero no hubo resultados en la investigación. Cuestionan que la mujer haya sido quien debió trasladarse y no al revés. La mujer pide que se tenga en cuenta una hipótesis.

El caso de la muerte de Diego Román (de 12 años) todavía no tiene novedades. Una semana pasó del macabro hallazgo y no hay una línea que surja para que las investigaciones se encolumnen.

Hoy, la madre de Diego Román (quien vive en Alejandra) llegó hasta la oficina de la fiscal que está siguiendo el caso. Algo que desde la opinión pública no fue aprobado ni bien visto, debido a que el alto estrés que está soportando la mujer se vio agravado al tener que trasladarse primero desde la costa santafesina hasta Recreo y luego hasta el sur santafesino.

El interrogante está apuntado a que si la estructura del Ministerio Público de la Acusación (MPA) no tiene suficientes resortes para que la funcionaria judicial no fuera al encuentro de la madre y no cómo sucedió.

Para colmo de males, la reunión no logró satisfacer a la madre debido a que la funcionaria judicial comunicó justamente la ausencia de novedades.

Fuentes allegadas a la madre de Diego dijeron que “se fue muy desilusionada de la reunión”. Las hipótesis que intentan profundizarse por estas horas apuntan a los entornos familiares. El pequeño tenía un hermano más pequeño y una hermana adolescente.

Trascendió públicamente a esta altura que Diego había manifestado que no soportaba más vivir en la casa con su papá y su madrastra. El motivo era que le dejaban a su cargo a su hermanito para todo tipo de tareas y cuidado. De esta forma, Diego no podía realizar sus actividades, fundamentalmente apuntada a la práctica de fútbol en un nuevo club barrial que estaba en formación.

Ese escenario se suma a los malos tratos de su padre y madrastra, según lo manifestado por la hermana del niño.

En este contexto, Diego ya había anticipado a sus compañeros de clase que no iba a volver a dormir a su casa. El miércoles pasado efectivamente pasó toda la noche en el barrio y al día siguiente (jueves por la noche) lo encontraron muerto desnudo en una quinta.

Algunos datos firmes indican que Diego no encontró la muerte en el lugar donde fue hallado. Este punto se fundamenta en que tenía una herida en una arteria que provoca un sangrado rápido y contundente, pero en el lugar donde estaba el cadáver no había una cantidad de sangre que denotara eso. Por esta razón, se supone que murió en otro lugar y fue trasladado.

El niño tenía múltiples heridas cortopunzantes que pueden haber sido con la finalidad de la mutilación del cuerpo de Diego. Esta interpretación pertenece al profesional que realizó la autopsia, que todavía no arrojó resultados definitivos.

En el cuerpo, fue arrancada una parte detrás de las rodillas, a la altura de los gemelos y también fueron seccionados los genitales.

El pedido de la madre

La mujer recién pudo encontrarse con el cuerpo de Diego el domingo. Ella advirtió que el cuerpo tenía mordeduras compatibles, por ejemplo, con las de un perro muy grande y la madre considera que esa pista debe ser investigada. Según la mujer, Diego pudo ser atacado por un perro y luego, mediante una intervención humana con elementos cortopunzantes, se le dio muerte.

El caso lleva siete días de investigaciones y aún no hay detenidos, no se profundizó ninguna hipótesis y todo está en la nebulosa.

En el medio de la investigación se produjo un cambio de fiscales porque el calendario indicó el comienzo de la feria y la licencia del funcionario que se había hecho cargo primero de las diligencias judiciales.

La autopsia final la efectuará el Instituto Médico Legal de Rosario, en caso de no generar conformidad, se repetirá en Buenos Aires.

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