Se trata de un proyecto presentado en el concejo municipal. De aprobarse esta norma, Santa Fe se convertiría en la cuarta ciudad de nuestro país en tomar una medida semejante.
Una propuesta impulsada por el concejal Carlos Suárez (de la Unión Cívica Radical) busca implementar un programa que de manera gradual, disminuya hasta su erradicación, el uso de elementos plásticos de un solo uso.
“Proponemos un programa que progresivamente tienda a la erradicación de plásticos de un solo uso, con acciones concretas en los edificios municipales, la instalación de contenedores de residuos plásticos para el posterior reciclaje, la implementación de diversas campañas de concientización hacia la ciudadanía respecto de la importancia del no consumo de plásticos de un solo uso, fomentar su reemplazo por otros materiales reutilizables y/o de material biodegradable y compostable, producidos a partir de papel reciclado o reciclable, cartón y sus derivados, fibras y/o almidones vegetales, entre otros”, expresó el edil.
De aprobarse esta norma, Santa Fe se convertiría en la cuarta ciudad de nuestro país en tomar una medida semejante.
Los números con relación a los residuos que este tipo de plásticos son alarmantes.
Según la ONU desde los años 50, la producción de plástico ha superado la de cualquier otro material y la mayoría de los productos que se hacen están diseñados para ser descartados después de un solo uso.
Esto ha hecho que los empaques de plástico ahora representen la mitad de los desechos de este material alrededor del mundo.
Si esta tendencia continúa, para 2050 tendremos cerca de 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos en los basureros y en la naturaleza.
Se estima que ocho millones de toneladas acaban en los océanos cada año, amenazando a la vida marina.
Las mismas propiedades que hacen que los plásticos sean tan útiles, como su durabilidad y resistencia a la degradación, también hacen que sean casi imposibles de descomponerse por completo en la naturaleza.
La mayoría de los artículos de plástico nunca desaparecen por completo; simplemente se vuelven cada vez más pequeños. Muchas de estas diminutas partículas de plástico son tragadas por animales de granja o por peces que las confunden con alimentos y, por tanto, están llegando hasta nuestros platos.
Un estudio inicial ha determinado que los micro plásticos se encuentran dentro del 100% de los seres humanos.
“Nuestra ciudad ha hecho un gran trabajo en el proceso de disminución de la utilización de bolsas plásticas, tomémonos un minuto y pensemos si nos imaginábamos allá por el año 2010, por ejemplo, la realidad que hoy vemos en los súper, las conductas que hoy vemos de nuestros vecinos, esto es una clara demostración que se puede, que los cambios de conductas sociales, son posibles, incluso de aquellas más arraigadas, como la que mencionamos de las bolsitas, se necesita decisión política y la voluntad de abordar un tema, que nos afecta a todos pero que mira más el futuro que el presente inmediato”, finalizó Suarez.