Virginia Yódice es integrante del Colegio de Nutricionistas y dice que muchas personas sufren este mal, pero no están visibilizados. Sugiere que se controlen los alimentos y comidas que se expenden en las escuelas.
A raíz del fallecimiento de una joven de 27 años con obesidad mórbida en el hospital Cullen, se dispararon muchos ejes de debate sobre la alimentación de las personas.
Virginia Yódice, integrante del Colegio de Nutricionistas, dijo en el programa televisivo Apto para Todo Público que “la obesidad mórbida es una condición que se alcanza cuando ya se tiene un índice de masa corporal elevado que es la relación que se establece entre un peso ideal para la estructura que tiene una persona”.
La profesional sostuvo que “lo que a veces no se tiene presente es que la obesidad es una enfermedad, que hay un entorno. No hay que mirar con liviandad, llegar a ese grado de obesidad es un tránsito, a veces las personas engordan dos o tres kilos por año”.
Además, indicó que “hay contextos que favorecen esta situación, por ejemplo el etiquetado, el contenido de los alimentos, los ingredientes adictivos que hay en ellos, la necesidad de regular la composición de lo que estamos comiendo”.
Sobre la situación que se conoció de la joven fallecida, la profesional sostuvo que “hay mucha gente en esta situación, pero no se ve porque no sale de su casa, hay que pensar que a una persona obesa alguien le da de comer”.
Por otro lado, analizó que “hay gente que no le importa y no tiene que ver con la clase social, no el nivel educativo ni la cantidad de plata, yo no le niego un alfajor a mis hijas, pero la idea es que no sea el patrón de consumo”.
A modo de medida a tomar, sostuvo que “en las escuelas no se deberían expender bebidas azucaradas”.
Yódice planteó que “hay una pérdida del saber culinario, en algunos lugares el guiso es solamente el fideo guisero y la salsa, pero a eso le falta nutrientes y proteínas”.
Por último, dijo que “se forma un círculo vicioso porque las madres que fueron desnutridas en su gestación tienen niños o niñas propensos a la obesidad como un mecanismo adaptativo”.
