El rector de la UNL dio cuenta del funcionamiento de la casa de estudios, postulando como eje de gestión el trabajo “interdisciplinario e integral” en materia académica. Además, precisó que la casa de altos estudios recibe “dos tercios del presupuesto nominal que debiera recibir”.

El 17 de octubre próximo, la Universidad Nacional del Litoral (UNL) celebrará su centenario. Hija de la Reforma Universitaria de 1918 y referente del conocimiento de la región y el país, “hoy tiene presencia física en siete municipios: Santa Fe, Esperanza, Reconquista, Avellaneda, Gálvez, Rafaela y Sunchales, donde se desarrollan actividades académicas, sociales, culturales y de vinculación tecnológica”, precisó el rector Enrique Mammarella en su paso por Ciudadanos (que se emite este domingo, a las 20, por Somos Santa Fe, Somos Rafaela y Somos Rosario).

La casa de altos estudios cuenta con unos 46 mil alumnos presenciales, más otros cuatro mil bajo la modalidad a distancia. De ese total, un tercio pertenece al área metropolitana local, otro tercio a la provincia de Entre Ríos y tercio restante al centro norte de la provincia, el norte del país y el exterior. A ello se suman cuatro mil docentes y unos mil trabajadores no docentes, a los que se deben añadir los investigadores de los 14 institutos de doble dependencia UNL Conicet.

Acerca de la relación de la formación académica y científica y el mundo laboral, el rector indicó que es materia de “permanente discusión”. “Cada una de las carreras tradicionales siempre tiene un aggionarmiento pensando en lo que se viene. Tenemos un componente muy fuerte en internalización. Recibimos alrededor de 300 estudiantes extranjeros y otros 300 estudiantes de la UNL salen a estudiar en otras universidades. Además, tenemos carreras con doble titulación con países como Italia, Francia, Alemania, Brasil. Eso da una idea de que nuestras carreras están a primer nivel mundial”, esgrimió.

En virtud de los ejes de gestión, Mammarella definió que se busca “una universidad más transversal, más integrada”. “A lo largo del siglo XX, se encuentran divisiones entre facultades, carreras, disciplinas y, hoy por hoy, nuestros grandes problemas siguen siendo los del siglo XX: no resolvimos el problema del trabajo, la pobreza, el medio ambiente. Con lo cual, las disciplinas por sí solas no resuelven. Necesitamos integrarnos y trabajar de manera interdisciplinaria. Tenemos que dejar de ser egoístas”, fundamentó el exdecano de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ).

Consultado sobre la estructura de la UNL al hilo del presupuesto asignado por Nación, Mammarella señaló que “las universidades tienen hoy el cuarto presupuesto a nivel nacional en cuanto a números. Cuando se mira en función de la distribución, no es equitativa en función de lo que las universidades representamos. La UNL es una universidad mediana. El Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) ha planteado acuerdos desde 2006, a través de lo cual se reconoce cómo una universidad debería ser y qué debería recibir en función de lo que produce. En la construcción de un presupuesto, la UNL representa al contexto nacional –de 57 universidades nacionales– el 3,48%”, detalló y consignó que, sin embargo, recibe el 2,56%.

Dicho de otra forma, la casa de altos estudios funciona “con dos tercios de presupuesto nominal de lo que deberíamos recibir, cuando hay universidades que reciben el 100% o más que eso”, subrayó. Al margen de lo cual, “dentro de las 10 mejores universidades del país está la UNL”, recalcó a la luz de la generación de conocimiento, la formación profesional, la investigación, la extensión, la cultura y el vínculo con la sociedad.

Por último, Mammarella le dedicó un párrafo especial a la puesta en valor de la manzana que ocupan el Rectorado y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, en nuestra ciudad. En ese sentido, ponderó el cuidado patrimonial. “Hubo un trabajo previo de estudios históricos que permitió llevar adelante una obra. Empezamos con la primera etapa que representa la cara sur y tenemos que llegar hasta la cara norte. Esta primera etapa tiene asignado un presupuesto de obra 71,5 millones de pesos”, sostuvo y añadió que la relevancia que la obra adquiere para la cultura y la arquitectura de Santa Fe.

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