Será a partir del próximo lunes, con el objetivo de trabajar junto a la población en la prevención de esa enfermedad y así disminuir complicaciones entre los grupos de riesgo.

Comenzará este lunes en toda la provincia, la campaña de vacunación antigripal destinada a grupos de riesgo. La ministra de Salud, Andrea Uboldi, destacó que “como todos los años, vacunamos durante la primera semana a todos los trabajadores de la salud, quienes reciben las consultas de los pacientes. Posteriormente comenzaremos la inoculación al resto de los grupos de riesgo”.

Uboldi explicó que los grupos de riesgo incluyen “a las embarazadas, en cualquier momento de su gestación; a los niños de entre seis meses y dos años; a las personas que tienen patologías crónicas pulmonares, cardíacas, renales, trastornos en las defensas; y a los mayores de 65 años. Nuestro objetivo es llegar a estos grupos lo antes posible”, aseguró.

Asimismo, afirmó que para estos grupos, “la vacuna está garantizada en todos los efectores públicos de la provincia” y aclaró que “con respecto a PAMI, se van a entregar estas dosis para que el Colegio de Farmacéuticos en Santa Fe y en Rosario distribuya en sus instituciones, hasta tanto reciba las dosis correspondientes por parte de la obra social. Así que, a través de un acuerdo provincial único con las farmacias, hicimos una redistribución de dosis para la cobertura”, señaló.

La ministra recordó que “siempre es importante tener el carné de vacunación al día. Igualmente, desde 2011, tenemos el sistema informatizado, por lo que podemos averiguar el registro y los datos personales a través del número de DNI”.

La gripe y sus síntomas

Se manifiesta a través de un cuadro de fiebre alta, tos y dolores musculares que pueden ser leves o moderados. En la mayoría de los casos, los pacientes no tienen dificultades graves. Sin embargo, el riesgo de desarrollar complicaciones (la más frecuente es la neumonía) aumenta entre los grupos de riesgo.

Los síntomas de todas las gripes son similares. Todos los tipos de gripe pueden causar fiebre o sensación de fiebre con escalofríos, tos y/o dolor de garganta, dolores de cabeza y/o de cuerpo y cansancio. Algunas personas pueden tener vómitos y diarrea, lo cual es más común en los niños que en los adultos.

Cómo evitar enfermarse

Para evitar contraer gripe se recomienda:

– Lavarse con frecuencia las manos con agua y jabón, especialmente al regresar a la casa luego del trabajo, la escuela o alguna salida. Si no se cuenta con agua, se puede utilizar alcohol en gel al 70% y evitar la concurrencia a espacios cerrados con mucha gente, porque ello favorece el contagio de infecciones respiratorias.

– Ventilar bien la casa, espacio laboral o escolar cuando sea posible. Cubrirse la nariz y la boca al toser o estornudar, preferentemente con el codo, y utilizar pañuelos descartables.

– Aplicarse la vacuna si se pertenece a un grupo de riesgo.

La vacunación

Para protegerse contra la gripe y sus posibles complicaciones graves, es recomendable que todas las personas incluidas en los grupos de riesgo se vacunen todos los años. De igual modo, las personas con riesgo alto de contraer gripe (niños, ancianos y personas con ciertas afecciones) deberían recibir, además, la vacuna neumocócica.

La vacuna contra la gripe de temporada protege contra tres virus de influenza: H1N1, H3N2 y B.

Los niños mayores de seis meses y menores de dos años deben vacunarse contra la gripe de temporada, tan pronto como la vacuna esté disponible, ya que este grupo etario no cuenta con las defensas suficientes para protegerse. Si un niño recibe la vacuna contra la gripe por primera vez, necesitará dos dosis, con un intervalo de cuatro semanas. Si no se cuenta con la formulación pediátrica correspondiente, será necesario usar la mitad de dosis de la de adultos.

Por su parte, las embarazadas presentan mayor riesgo de enfermedad grave y muerte, pudiendo también producirse complicaciones como muerte fetal, neonatal, parto prematuro y bajo peso al nacer. El riesgo es el mismo durante todo el embarazo. En este caso, la transferencia de defensas al recién nacido por parte de la madre vacunada durante el embarazo, brindarán al niño la protección durante los primeros meses de vida.

Luego de la vacunación, la protección se obtiene en dos o tres semanas. En tanto, la duración de la inmunidad es de seis a 12 meses. Cabe aclarar que los virus de la influenza que contiene la vacuna están inactivos ya que al fabricarse las vacunas se matan los virus que se utilizan.

El efecto secundario más común de la vacuna es el dolor causado en la zona donde se aplicó la inyección. Otros síntomas como la fiebre, los dolores musculares y la sensación de malestar o debilidad no son muy frecuentes y ceden dentro de los días de aplicación de la vacuna.

La vacunación puede resultar beneficiosa mientras sigan circulando los virus de la influenza. Si el paciente no se vacunó antes, puede recibir protección vacunándose ahora o posteriormente. La influenza es impredecible y las temporadas pueden variar.

Los síntomas pueden continuar

Existen varios motivos por los cuales la persona vacunada puede sentir los síntomas similares a los de la gripe, después de haber recibido la vacuna:

– Las personas puedan haberse contagiado de los virus de la influenza antes de vacunarse o durante el lapso de dos semanas que el cuerpo tarda en adquirir la protección, luego de vacunarse. Esta exposición puede ocasionar que una persona contraiga la gripe antes de que la protección de la vacuna haga efecto.

– Las personas también pueden enfermarse por otros virus que no son de gripe, presentes en la temporada de invierno y que producen síntomas parecidos. Cabe recordar que la vacuna contra la gripe no brindará protección contra las enfermedades respiratorias que no son causadas por los virus de la gripe incluidos en la vacuna.

Neumococo

Las infecciones por el neumococo ocurren durante todo el año, con mayor frecuencia durante los meses de invierno. Es el agente que más frecuentemente complica las infecciones virales como la gripe, ocasionando neumonías, meningitis, infección en la sangre e inflamación del oído. Depende del lugar en el que se declaren los síntomas, la enfermedad neumocócica puede adquirir una u otra denominación. Pero en todos los casos se esconde la bacteria streptococcus pneumoniae (neumococo).

La neumonía neumocócica (infección del pulmón) es la forma grave más común de la enfermedad y se caracteriza por la presencia de fiebre y escalofríos, tos, respiración rápida o dificultad para respirar y dolor en el pecho.

A pesar de que todos podemos contraer la enfermedad neumocócica, ésta es más común en niños menores de dos años y en personas mayores de 65. También, en aquellos con ciertas condiciones de salud de alto riesgo similares a las que predisponen a la gripe, como enfermedades renales, cardíacas o pulmonares crónicas, personas diabéticas, con sistemas inmunológicos debilitados, fumadoras y quienes no poseen bazo.

La inmunización es gratuita para estos grupos. Si bien se puede recibir la vacuna en cualquier momento del año, una buena opción es aplicársela en invierno junto con la vacuna antigripal.

Para el neumococo se dispone de dos tipos de vacunas y se debe concurrir al centro de salud u hospital más cercano donde se verificará cuál de éstas se debe aplicar.

FuentePrensa GSF
Artículo anteriorCarlos Del Frade: “Basta de hacer negocios con la inseguridad”
Artículo siguienteEl comando del miedo