En esta nota hay una mirada profesional sobre las (excesivas) comidas de esta etapa del año. Cómo desandar el camino de las cantidades desbordadas de grasas y harinas. La importancia de no recortar comidas y del agua. Entrá y escuchá.
Después de los banquetes, despedidas, comidas de Nochebuena y Fin de Año, el cuerpo siente las consecuencias. Las calorías que se ingieren son más de las habituales y muchas más de las necesarias, sin lugar a dudas.
Pero cuando todo pasa y el año nuevo comienza, hay que retomar el ritmo habitual de vida. Eso no es tan simple debido a que todas las ingestas dejan su rastro y las altas temperaturas del verano conspiran también.
La licenciada en nutrición Florencia Menor dijo en el programa Apto para Todo Público que “una de las cuestiones más importantes en el cambio de hábito y para eso las personas deben dar el primer paso y si arranca, asegurar el modo se seguir”.
La profesional destacó la importancia de “disfrutar la alimentación, saborear la comida, hacer una parte social de ella” y remarcó que “hay que saber combinar comidas y bebidas”.
En otro plano, indicó que “después de una sesión de gimnasio intensa, es preferible el agua y un cítrico”. En este sentido fue categórica: “El único quemador de grasa es la actividad física”.
En cuanto a la cantidad de agua que debe tomarse diariamente, según la profesional oscila entre 2,5 y 3 litros.
Por último, Menor hizo hincapié en la importancia de no restringir comidas.