El ultraderechista llamó a liberar a Brasil de «la corrupción, la criminalidad y la ideología de género» en su primer discurso como jefe de Estado. Y sentenció: «Brasil encima de todo y Dios encima de todos».

Tras asumir como el nuevo presidente de Brasil, Jair Bolsonaro pronunció un duro discurso ante el Parlamento brasileño, en el que prometió liberar al país de los males que, desde su mirada, lo sumieron en «la mayor crisis ética y moral de su historia».

«Convoco a cada uno de los congresistas a ayudarme en la misión de restaurar y volver a erguir a nuestra patria, liberándola definitivamente del yugo de la corrupción, la criminalidad, la irresponsabilidad económica y la sumisión ideológica», manifestó el exmilitar, de 63 años

En otro de los pasajes de su discurso, el mandatario del vecino país expresó: «Vamos a unir al pueblo, a valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores».

«Brasil volverá a ser un país libre de amarras ideológicas», sentenció mientras las luchas de los colectivos feministas y LGTBI avanzan con el reclamo por mayores derechos, las denuncias por abusos sexuales y la igualdad en todos los planos de la vida social. En Brasil, fueron las mujeres quienes, durante la campaña electoral, protagonizaron las mayores manifestaciones contra Bolsonaro bajo el lema #EleNao.

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El nuevo mandatario, polémico por sus declaraciones racistas, misóginas y homofóbicas, dijo también que impulsará el desarrollo de «buenas escuelas» para preparar a las nuevas generaciones para «el mercado laboral y no para la militancia política».

Igualmente, prometió que durante su mandato atenderá a los brasileños que «desean conquistar por mérito buenos empleos y sustentar sus familias» y «exigen» salud, infraestructuras y «respeto de los derechos fundamentales».

«Orden y progreso (…) ninguna sociedad se desarrolla sin respetar esos preceptos», expresó Bolsonaro, en alusión al lema que reza en la bandera de Brasil.

También afirmó que honrarán en su gobierno a «aquellos que sacrifican sus vidas en nombre de la seguridad», en referencia a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. «Ellos se lo merecen y deben ser respetados», adujo.

Por último y antes de dirigirse al Palacio del Planalto, el mandatario cerró con su ya conocida frase: «Brasil encima de todo y Dios encima de todos».

FuenteRDP / Infobae
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