Lo manifestó la presidenta del Colegio de Nutricionista de Santa Fe, Virginia Yodice, en virtud de los productos que componen la canasta básica de alimentos y su valor económico. Alertó, además, sobre la obesidad y los problemas de crecimiento en la niñez.
En función de lo ajustes que sufrió la canasta básica de alimentos a propósito de los aumentos de precios, Virginia Yodice, presidenta del Colegio de Nutricionistas de Santa Fe, afirmó que la propia canasta para su gremio “es una deuda pendiente”. En su paso por Rueda de Prensa, indicó que “hay una lucha por cambiar la composición de la canasta. La canasta sobre la que se hacen los cálculos es descriptiva. Se hizo un relevamiento, se tomó nota de lo que se consumía en los hogares pero en carácter descriptivo”, insistió.
En ese orden, la profesional puso el acento que “a veces la gente come lo que puede y, a veces, en función de los hábitos que se construyeron”. Por esa razón, planteó: “Queremos una canasta prescriptiva que contenga los alimentos, en cantidad y calidad, para cubrir calorías, proteínas, vitamina C, calcio (entre otras cuestiones). Hasta tanto eso no se cambie, el costo de la canasta se va a condecir con ‘estar llenos’, pero no con lo que dictan las guías alimentarias elaboradas por el Ministerio de Salud”.
Consultada sobre el cambio en valor económico de la modificación propuesta, la especialista aseguró que la variación sería notoriamente más costosa. “Comer de forma saludable tiene un costo que es una inversión, en realidad. Hoy tenemos una convivencia de chicos que no crecen porque no tienen suficiente cantidad de proteínas ni de hierro con obesidad. El chico obeso tiene deformación de las rodillas, problemas cardíacos, si no se contiene va a degenerar en un hígado graso, en una diabetes tipo dos… Lo vemos mucho, más en la pobreza”, detalló Yodice y subrayó que el sector más proclive a la obesidad “son los pobres”.
Asimismo, indicó que el gobierno nacional impulsa la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud que consiste en un relevamiento en todo el territorio argentino a los efectos de diagnosticar el cuadro de situación de niños y niñas, embarazadas y otras franjas. La última encuesta que se realizó arrojó que “un tercio de los chicos del norte del país sufre anemia”. “Un chico con anemia no piensa bien y si no piensa bien, no puede cursar y si deja el colegio los pronósticos son más desalentadores”, expuso.
Con relación a los precios cuidados, la titular del cuerpo de nutricionistas puso el acento en que la población “consume más productos de pobre calidad nutricional y menos productos de buena calidad nutricional”. En ese sentido, planteó que es difícil poner en la mentada lista de precios cuidados “el derecho a elegir de las personas y la necesidad de estar bien alimentados. Tiene la difícil aplicación federal de todo esto. En los pueblos, los precios cuidados directamente no existen. En los pueblos, es mucho más caro el acceso a los alimentos”, enfatizó.
En otros países, según ilustró la profesional, se aplican “subsidios a los alimentos saludables para que comer fruta y verdura sea muy barato y tiene impuestos sobre los alimentos no saludables”.
Otro eje que los nutricionistas observan con preocupación es “la publicidad infantil”. “Cada niño, semanalmente, recibe 60 publicidades respecto a la comida (no saludable) y ellos son vulnerables. Hay que regular la publicidad, los entornos escolares”, manifestó con preocupación.