Hoy, el gobierno provincial tomó posesión del histórico inmueble ubicado en La Rioja 2306. Por su valor patrimonial y habida cuenta de su abandono, se pondrá en práctica un plan de conservación tras la finalización del comodato con la Municipalidad.
Tras haber transcurrido semanas desde que el gobierno provincial dio por finalizado el comodato de la casona de Sor Josefa Díaz y Clucellas, emplazada en La Rioja 2306, que mantenía con la Municipalidad, finalmente hoy se tomó posesión del inmueble.
Pedro Cantini, secretario de Producciones, Industrias y Espacios Culturales, sostuvo ante los medios locales que la toma de la posesión viene a cuento de la intención de poner en valor el histórico edificio. “Acá vivió ella, acá pintó. Buena parte de su obra la desarrolló en esta casa cuando la ciudad de Santa Fe era muy distinta a la actual. Esta casa representa una Santa Fe que no es la colonial ni tampoco es la casa del período agroexportador, de la alta burguesía local”, ponderó el funcionario.
En esa línea, puso sobre relieve que se trata de una “casa humilde, un ejemplo que los especialistas llaman casi único en su tipo por su arquitectura doméstica en la época del primer puerto en la ciudad”. De esa forma, Cantini puso el acento en el valor patrimonial de la antigua edificación y recordó que hace 20 años la casa fue declarada monumento histórico provincial.
En 2008, el gobierno provincial procedió a la expropiación y la cedió en comodato a la Municipalidad de Santa Fe. “Lamentablemente, en los siguientes 10 años tampoco pasó nada”, resaltó el funcionario. A partir de la intervención del concejal Emilio Jatón, el Ministerio de Innovación y Cultura, en su carácter de autoridad de aplicación, tomó el mando de la situación habida cuenta del deterioro y el mal mantenimiento que presentaba la vivienda.
“El principal objetivo es mantener en perfecto estado de uso y de conservación, pero claramente no se ha cumplido y tampoco hay razón para que pensar que se iba a cumplir en el futuro inmediato”, planteó el secretario y remarcó que la parte antigua del inmueble “está al borde del colapso”.
La idea, entonces, es “asegurar que esta casa siga existiendo más allá de nuestra gestión y que se le pueda dar un uso público en beneficio de los vecinos y la vecinas de la ciudad”, definió. Por ese motivo se pondrá en marcha un plan para ponerla en condiciones. A propósito, el funcionario de Cultura aseguró que el destino final no será una concesión ni estará en manos de un emprendimiento privado. “Va a ser un espacio público”, aseveró contundente.
Casa
