Lo aseveró la presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la UNL, Mariel Culasso, en relación con las medidas nacionales que golpean a la universidad pública.

Mientras ayer por la mañana se realizó un abrazo simbólico frente al Rectorado de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) a instancias del reclamo salarial de los docentes del nivel superior, ya durante la tarde, la noche y la madrugada de hoy se llevó a cabo una vigilia en contra de las políticas de ajuste provenientes de la gestión macrista.

En efecto, corre la tercera semana consecutiva de paros en las 57 casas de altos estudios nacionales del país a propósito de la oferta de un 10,8% de incremento en los sueldos.

Mariel Culasso, presidenta del Centro de Estudiantes de la Facultad de Humanidades y Ciencias (FHUC) de la UNL fue categórica al afirmar que no se trata “solamente de una cuestión salarial”. “Más allá de que es irrisorio lo que le están ofreciendo a nuestros docentes, hablamos de una crisis presupuestaria en todos los niveles de la educación pública. Pero en la universidad, específicamente, es brutal el ajuste”.

Al ser consultada por Rueda de Prensa, la dirigente hizo hincapié en que el propio ajuste está dirigido particularmente a los fondos de funcionamiento. Vale decir, a los recursos que permiten costear servicios, becas, comedores, infraestructura, proyectos de extensión e investigación. El panorama se completa con el incremento de la canasta universitaria para el estudiantado. “La crisis que hay en educación nos está expulsando. Es lamentable ver a nuestros compañeros que dejan las clases porque no pueden sostenerse. La canasta estudiantil aumentó desde mayo a 15 mil pesos. Y las políticas de Bienestar Universitario son inexistentes”, objetó la joven, en tanto puntualizó que en la UNL son unas 1300 becas las que se ofrecen para una población de 35 mil estudiantes.

“El ajuste está en todos los niveles de la educación, la ciencia y la técnica de Argentina”, insistió Culasso. En ese sentido, pronunció el respaldo a los docentes. “Estamos en unidad con ellos. Lo que ha sido este año es terrible. Es lamentable y doloroso ver a los compañeros que eligen una materia para cursar porque no pueden cursar las cinco del cuatrimestre porque no pueden viajar todos los días. Que están a mates y galletitas porque el comedor es carísimo”, describió la estudiante de la FHUC. Y subrayó: “El comedor de la UNL es el más caro del país con un ticket de 55 pesos diarios o 175 a la semana”.

A su vez, la dirigente puso el foco en la estandarización de la universidad en relación con las casas de estudios privadas. “Están poniendo nuestros planes de estudio al servicio de los monopolios extranjeros. Están estandarizando nuestras carreras para que se equiparen con las privadas, para que la pública tenga el mismo nivel que la privada. Nos cambian los planes de estudio de acuerdo a lo que necesitan las empresas privadas”, denunció, mientras fue enfática a la hora de definir que “necesitamos profesionales al servicio del pueblo”.

La crisis de la universidad salió a la calle

Artículo anteriorTrabajo advierte un “efecto goteo” en el empleo
Artículo siguienteSeminario sobre infancias trans