Argentina cayó sin atenuantes ante Croacia por 3 a 0 en la segunda fecha del Grupo D de la Copa del Mundo en el estadio de Nizhny Novgorod, donde nuevamente fue local en las tribunas y visitante en el campo de juego, dejando abierta la puerta para un inminente fin de ciclo de esta generación de futbolistas liderada por Lionel Messi a la que solamente un milagro futbolero la puede depositar en los octavos de final de este certamen a los que ya se clasificó su rival de hoy.

El planteo propuesto por el equipo argentino y enunciado por Jorge Sampaoli en la conferencia de prensa de este miércoles se cumplió al pie de la letra en el primer tiempo con una salvedad: los pasillos que debían generarse para Lionel Messi siempre estuvieron cerrados, y así el capitán entró demasiado poco en contacto con el balón.

 

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