Desde Agosto de 2002, por disposición de la Ley 25633, se instituyó el 24 de Marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia (Art. 1º — Institúyese el 24 de marzo como Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia en conmemoración de quienes resultaron víctimas del proceso iniciado en esa fecha del año 1976). Cuatro años más tarde, la Ley 26085, lo incorpora como feriado inamovible.
La relevancia que estas dos normas han dado a la fecha, la convierten en el mejor baluarte de los valores custodiados. Las movilizaciones que, año tras año, se suceden, son expresión viva de un imperativo que se ha convertido en una convicción inclaudicable, sintetizada de modo magistral: «Nunca Más». Erigiéndose, la consigna, como compromiso hacia las víctimas de los delitos de lesa humanidad perpetrados por el golpe civil militar que se iniciaba aquel 24 de Marzo de 1976. Resulta, entonces, oportuno para este Colegio de Abogados de Santa Fe recordar algunos pasajes del prólogo del Informe de la Conadep, realizado en Septiembre de 1984: “Nuestra Comisión no fue instituida para juzgar, pues para eso están los jueces constitucionales, sino para indagar la suerte de los desaparecidos en el curso de estos años aciagos de la vida nacional. Pero, después de haber recibido varios miles de declaraciones y testimonios, de haber verificado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de acumular más de cincuenta mil páginas documentales, tenemos la certidumbre de que la dictadura militar produjo la más grande tragedia de nuestra historia, y la más salvaje. Y, si bien debemos esperar de la justicia la palabra definitiva, no podemos callar ante lo que hemos oído, leído y registrado; todo lo cual va mucho más allá de lo que pueda considerarse como delictivo para alcanzar la tenebrosa categoría de los crímenes de lesa humanidad. Con la técnica de la desaparición y sus consecuencias, todos los principios éticos que las grandes religiones y las más elevadas filosofías erigieron a lo largo de milenios de sufrimientos y calamidades fueron pisoteados y bárbaramente desconocidos. … De este modo, en nombre de la seguridad nacional, miles y miles de seres humanos, generalmente jóvenes y hasta adolescentes, pasaron a integrar una categoría tétrica y fantasmal: la de los Desaparecidos. Palabra – ¡triste privilegio argentino! – que hoy se escribe en castellano en toda
la prensa del mundo. … Las grandes calamidades son siempre aleccionadoras, y sin duda el más terrible drama que en toda su historia sufrió la Nación durante el periodo que duró la dictadura militar iniciada en marzo de 1976 servirá para hacernos comprender que únicamente la democracia es capaz de preservar a un pueblo de semejante horror, que sólo ella puede mantener y salvar los sagrados y esenciales derechos de la criatura humana. Únicamente así podremos estar seguros de que NUNCA MÁS en nuestra patria se repetirán hechos que nos han hecho trágicamente famosos en el mundo civilizado