El Quincho de Chiquito fue el escenario para juntar a personalidades que pasaron por la vida y acompañaron al gran campeón.
Los sparring que entrenaban junto a él lo evocaron de la mejor manera. Los recuerdos se adueñaron de la escena y Monzón volvió a vivir en un ambiente que le fue familiar siempre. Fue la noche en que los puños volvieron a traer al campeón a Santa Fe.